La Cámara de Operadores Móviles y la Asociación de Bancos se encuentran evaluando cuál será el mejor modelo a utilizar en la modalidad de envío de dinero a través de medios electrónicos, como los celulares, explicó el gerente de Relaciones Institucionales de Tigo, Raúl Ibáñez.
“El objetivo es llegar a obtener un modelo que permita fortalecer y desarrollar la inclusión financiera para todos los sectores a través de los servicios móviles”, señaló.
Esta modalidad de transacción se masificó gracias a la penetración de la telefonía móvil, que en un par de años lograron superar a las entidades financieras en cuanto a la cantidad de personas que emplean los servicios.
Con respecto a este tema se han dado posiciones dispares, tanto desde el Banco Central como desde las telefónicas y entidades financieras, ya que existen divergencias sobre cómo debería darse la operativa del negocio de las transferencias y la billetera electrónica.
La reglamentación emitida por el BCP, en marzo del 2014, establece que las entidades de medio de pago electrónico podrán realizar los giros sin necesidad de una cuenta bancaria, siempre y cuando el monto en cuestión no supere los G. 2.800.000 al mes.
Algunos bancos se han mostrado en contra de que el dinero que se mueve por esta vía no pase por el sistema financiero, ya que consideran que estas operaciones son cuasifinancieras y deberían limitarse a los bancos y financieras.
INTEROPERABILIDAD. Las telefónicas se encuentran a su vez trabajando en lograr la interoperabilidad entre las cuatro operadoras: Tigo, Personal, Vox y Claro, comentó Ibáñez. Esto permitirá que independientemente a la línea que posea una persona podrá enviar o recibir dinero a su número de teléfono y retirarlo en una u otra empresa.
De hecho, la normativa del BCP contempla la necesidad de que se ponga a disposición de los usuarios esta alternativa de poder enviar dinero a cualquier otra línea, aunque no sea de la misma compañía.
Detrás de los sistemas electrónicos de movimiento de dinero hay miles de personas: emprendedores, trabajadores por cuenta propia, pagando servicios, haciendo compras, además de familias abonando sus servicios básicos o recibiendo los subsidios estatales, adquiriendo medicamentos o simplemente recibiendo o dando ayuda a familiares.
Es por ello que las transacciones electrónicas se consolidan internacionalmente como una herramienta efectiva de inclusión social, con alto impacto en Latinoamérica.
Más de 1.300.000 personas de los 17 departamentos del país accedieron en el 2014 a los beneficios de las transacciones electrónicas, para el pago de servicios básicos, pago en comercios, giros, microcréditos o cobro de subvenciones estatales.
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