Por. Padre José Antonio Recalde
Tomado del Periódico El Mirador de Playas, Septiembre de 1995
La Virgen María es única, aunque la llamemos Del Carmen, Del Rosario o de la Merced, es como una madre que usa diferentes vestidos.
Cuando la vemos vestida de blanco y con una. cadena rota en sus manos es la Virgen de la Merced.
María ha acompañado a la Iglesia con su amor maternal durante su azarosa historia de veinte siglos. En el siglo XIII muchos cristianos eran esclavizados por los mahometanos.
El día 1 de Agosto de 1218 en la ciudad de Barcelona, la Virgen se apareció a Pedro Nolasco, su gran devoto que dedicaba su vida a redimir esclavos.
Ella lo animó a esta obra de liberación y se ofreció a ser libertadora de cautivos.
Y así comienza una historia de libertad cristiana, bajo la ayuda maternal de María, siglos más tarde pasará los océanos y vendrá con los padres mercedarios a América, especialmente a las costas del Pacífico.
En la Costa Ecuatoriana arraigará su devoción como símbolo de libertad y de redención el año 1934, en una pequeña población costeña llamada Playas se erige una pequeña parroquia eclesiástica, poniéndola bajo el patrocinio de la Santísima Virgen de La Merced y ella proclamará el Evangelio de la Libertad invitando a los playeros a la liberación de toda la esclavitud.
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