Arce toma distancia de Milei; le piden cuidar la relación comercial y a los migrantes

Argentina entra en la era Javier Milei —de línea libertaria— y Bolivia, con una gran carga ideológica, enfrentará un escenario bilateral complejo que le obligará a “reconstruir una relación” sobre la base de criterios pragmáticos en lo comercial y social, afirman expertos internacionalistas.

El gobierno del presidente Luis Arce emitió varias señales. Primero, reconoció la necesidad de fortalecer las relaciones con Argentina sobre la base del respeto, pero mantuvo la duda sobre su asistencia a la toma de juramento del nuevo mandatario argentino casi hasta el final, pues recién en las últimas horas de la noche del sábado, la ministra de Presidencia, María Nela Prada, fue quien dio a conocer que el primer mandatario se queda en el país y que ha llamado a un gabinete por el tema tierra, que ha tenido a Guarayos en vilo.

Finalmente la elegida para viajar a la Argentina en representación de Bolivia fue la Canciller Celinda Sosa.

Por su lado, el embajador argentino Ariel Basteiro, en su última intervención como diplomático, anunció que volverá a su país para participar de una “resistencia” contra un gobierno “negacionista”, esto en alusión a la era Milei.

El internacionalista Andrés Guzmán consideró que Bolivia “no comenzará con buenas relaciones” con Argentina, en esta fase. Esto por las señales que dio Arce de un “pretendido desplante” al acto de posesión del presidente de un país vecino con el que además de las relaciones comerciales, existe un gran flujo de migrantes.

“Estas señales se ven en diplomacia porque todo cuenta y no es la mejor manera de iniciar una relación con un pretendido desplante de no asistir. Eso muestra un cierto desprecio, un cierto desinterés por encauzar bien estas relaciones que, en la era Milei, tienen que replantearse”, puntualizó el diplomático Guzmán a EL DEBER.

Basteiro

A esto se suma la postura del embajador saliente de Argentina en Bolivia, Ariel Basteiro, quien en un acto oficial en la Cancillería dejó clara su alineación política e ideológica. Habló abiertamente de la política interna de Bolivia y calificó al gobierno entrante de de “negacionista de los derechos humanos” y que por eso vuelve a su país a la resistencia por cuatro años desde la oposición.

“Sucedió un hecho lamentable para la historia de Bolivia y la historia de Latinoamérica que fue el golpe de noviembre del 2019 (…) se pudo establecer y obviamente denunciar que no era un proceso constitucional que se daba en Bolivia sino que era un verdadero golpe de estado”, dijo Basteiro.

El también exdirigente sindical en su país, atacó al nuevo gobierno de Milei. Dijo que pretende terminar con todos los avances y las leyes que son protectorias del trabajo, de derechos sociales y que “obviamente habrá resistencia y en esa resistencia seguramente me encontrarán”.

Carga ideológica

El ex cónsul de Bolivia en Buenos Aires y diputado Gustavo Aliaga,observó que al final de su misión como embajador en Bolivia, Basteiro se despida anunciando resistencia al gobierno de su país. “Basteiro, no puede salir de una misión diplomática diciendo que ‘estoy volviendo a mi país para la resistencia’. Esa es la sensación que deja por la llegada de Milei, de que el peronismo no va a permitir de que el presidente pueda llevar a cabo su gestión y su mandato derivado de las urnas”, dijo Aliaga.

“A ese antecedente se suma el panorama actual que se torna complicado para Bolivia que llega a la era de Milei con una carga política ideológica muy pesada. Esto nos va hacer mucho daño en los próximos meses, más aún cuando se va a diseñar un Estado diferente”, añadió Javier Aliaga.

En los últimos años de gobiernos kirchnerista, con excepción de algunos desencuentros con el gobierno del presidente Mauricio Macri (2015-2019), Bolivia y Argentina comulgaron en una línea ideológica común. Ese factor prevaleció en sus relaciones políticas, de cooperación, así como la agenda social binacional. El presidente Alberto Fernández, quien a días de ser posesionado como presidente de Argentina, acogió a Evo Morales con un refugiado político, dijo, en foros internacionales, que “Bolivia ha padecido de un golpe avalado por una gran parte de la comunidad internacional y la OEA” y el exembajador Basteiro recordó que en Buenos Aires se consolidó la candidatura de Luis Arce y David Choquehuanca.

Por los migrantes

Desde Argentina, el abogado y activista Gustavo Morón alertó que en este nuevo escenario con la instalación de un gobierno liberal la comunidad migrante, en especial, los aproximadamente 1,5 millones de bolivianos, puede ser afectada por las nuevas políticas económicas de Milei como la apertura del mercado para las importaciones de bienes e insumos.

“En la producción de ropa es casi determinante el papel de la comunidad boliviana. Los residentes bolivianos no solamente son costureros, si no son talleristas, comerciantes y fabricantes. Junto a la comunidad coreana y judía supieron desarrollar lo que es la producción de ropa. Ahora, si se abre ese mercado internacional, va a haber ropa abaratada, de bajo costo, y va a perjudicar a las pequeñas y medianas empresas. Y hay una gran y importante cantidad de paisanos nuestros que se dedican al tema de la confección”, afirmó Gustavo Morón.

Para el internacionalista Guzmán, este es otro de los factores que debe tomar en cuenta el gobierno de Arce para entablar una relación lo más armoniosa posible con Milei, dado que si en la administración de Fernández había denuncias de malos tratos a la comunidad boliviana, este hecho puede incrementarse.

“Influye mucho en la población boliviana que vive en Argentina, en el trato que reciben, hubo muchas denuncias de maltrato laboral hacia los bolivianos, de discriminación y eso puede incrementarse ahora en la medida en que haya hostilidad entre los dos gobiernos”, afirmó Guzmán.

En ese marco, los expertos plantean al gobierno de Arce dejar de lado su ideología y pensar primero en el Estado antes que en una postura ideológica partidista. Es por ello que el primer y mas importante paso que debe dar el actual gobierno es entablar una buena relación política con Milei.

“Hay que llevar bien las cosas, mantener una relación amigable y no una estridente en la que haya diferencias porque eso también puede repercutir en el trato que reciben los bolivianos. Tenemos que pensar en nuestra gente en Argentina”, dijo Guzmán.

Por su lado, el excónsul Aliaga destacó la presencia de la comunidad boliviana en todas las provincias argentinas y señaló que los connacionales representan un importante sector productivo que va desde la confección de ropa hasta la producción agrícola, sobretodo en el norte de Argentina.

“Los bolivianos representan una fuerza muy importante, eso lo entiende Milei. Lo que sí ha dicho que van a cambiar el relacionamiento en otros temas que no tienen que ver con integrarlos”, aseguró. En ese contexto, Aliaga propuso “reconstruir” las relaciones con el nuevo gobierno de Argentina desde una visión de Estado responsable, dejando de lado la política ideológica y tomando en cuenta las relaciones comerciales e inversiones, y más allá de la venta de gas, está también el tema del litio, la dotación de energía eléctrica al norte argentino, la venta de bananos y soya, entre otros.

 Mensaje de Arce

El 19 de noviembre después de conocerse el triunfo de Javier Milei, el presidente Luis Arce a través de sus redes sociales envió un mensaje de felicitación al dignatario electo y aseguró que las relaciones entre Bolivia y Argentina seguirán firmes.

“El Estado Plurinacional de Bolivia siempre será respetuoso de la voluntad democrática de nuestros pueblos. Deseamos prosperidad al hermano pueblo de Argentina y éxitos a su presidente electo, Javier Milei. Trabajaremos para que las relaciones entre nuestros pueblos sigan firmes como hasta ahora, con base en la hermandad, complementariedad y respeto mutuo”, dijo Arce.

Hoy los ojos de América están sobre la Casa Rosada en Buenos Aires, puesto que Milei inicia su mandato presidencial. La nueva autoridad anunció medidas inmediatas para frenar la inflación que redujo la capacidad adquisitiva de millones de ciudadanos, además de reducir el gasto público.