La influencia de Rusia en el conflicto del Esequibo

La reactivación por parte de Nicolás Maduro de los reclamos venezolanos sobre dos tercios de Guyana ha colocado esta vieja disputa en el foco de la geopolítica sudamericana. Más que un desacuerdo territorial, la postura de Maduro sobre el Esequibo amenaza la seguridad de la región, creando un riesgo potencial de conflicto regional. La sombra de Rusia añade complejidad a la situación, asegura el diario colombiano The City Paper.

El apoyo del Kremlin a las acciones desestabilizadoras del régimen de Maduro es evidente, informó The City Paper, citando la amplia campaña de desinformación lanzada por el régimen de Maduro en un intento por manipular y ganarse el respaldo de los venezolanos, utilizando un modelo de desinformación similar al que Rusia emplea con Ucrania.

Jorge Serrano, experto en seguridad y miembro del equipo de asesores de la Comisión de Inteligencia del Congreso de Perú, dijo a Diálogo el 21 de enero que “esta operación meticulosamente estructurada para engañar, es parte de una guerra psicológica ejecutada por los servicios secretos de Rusia y Cuba”.

La retórica alarmantemente agresiva de Maduro sobre la región rica en petróleo, parece adecuada para desviar la atención pública de la crisis económica y las próximas elecciones presidenciales con la esperanza de avivar el nacionalismo en Venezuela, dijo Serrano. El objetivo es presentar al dictador como el defensor de los derechos de los venezolanos sobre el Esequibo y sus riquezas, utilizando este conflicto como plataforma política.

La alianza entre La Habana, Moscú y Caracas opera en diversos niveles, destacando la guerra psicológica como uno de los enfoques principales. Este método no solo respalda al régimen de Maduro, sino que también busca hostigar a quienes se oponen a sus objetivos, creando un entorno complejo y desafiante, detalló.

Adicionalmente, subrayó que la dictadura venezolana, “es consciente de que una captura por la fuerza de los recursos en el Esequibo sería suicida. Esto desencadenaría una guerra por invasión injustificada, marcando el fin del despotismo de Maduro y generando consecuencias a nivel geopolítico en la región”.

Región rica en petróleo y minerales

El Esequibo abarca unos 160 000 kilómetros cuadrados pleno de valiosos recursos naturales y bosques, incluyendo extensas reservas de oro e hidrocarburos. La mina de Omai, una fuente clave de ingresos para Guyana, produjo solo entre 1993 y 2005 más de 105 000 kilogramos de oro, informó la plataforma británica BBC.

Entre 2015 y 2023, el gigante petrolero ExxonMobil y sus socios realizaron 46 descubrimientos en alta mar, por más de 11.000 millones de barriles de petróleo y gas recuperables, informó la BBC. Estas reservas se concentran principalmente en el bloque Stabroek, que abarca 26 000 kilómetros cuadrados y se encuentra en las aguas en disputa.

Mientras Guyana experimenta un rápido crecimiento impulsado por la producción de petróleo y las exportaciones de minerales, Caracas enfrenta a una prolongada crisis económica causada por años de hiperinflación, corrupción rampante y mala gestión económica, que facilitaron un entorno propicio para que las organizaciones criminales transnacionales crecieran y operaran con el apoyo del régimen.

Mano rusa

La constelación de organismos de comunicación patrocinados por el Estado ruso, que actualmente se encuentra activa en Latinoamérica, no solo está vinculada al conflicto del Esequibo, sino que también busca intervenir en los procesos electorales de toda la región, siendo un riesgo que trasciende las tensiones territoriales actuales, aseveró Serrano.

El experto en seguridad concluyó subrayando la importancia de la participación de los EE. UU. en la región, resaltando la colaboración reciente con Ecuador como ejemplo. Señaló que “abordar temas diplomáticos, de seguridad, inteligencia y defensa, es crucial para contrarrestar las actividades de estructuras criminales y sistemas desestabilizadores en las democracias regionales”.