El rol protagónico de los tanques en la guerra entre Rusia y Ucrania

En esta nota, DEF te cuenta la curiosa historia de los vehículos de combate sobre orugas y su importante protagonismo en el conflicto que enfrenta a Vladimir Putin con Volodímir Zelenski.

En la mañana del 15 de septiembre de 1916, cuando el Mark I británico, primer vehículo de combate sobre orugas fue empleado por primera vez durante la Batalla de Flers-Courcelette, parte de la Batalla del Somme, daba inicio el empleo de una nueva arma que proporcionaría poder de fuego y velocidad de movimiento blindado.

Nacido de la necesidad de romper el dominio de las trincheras y ametralladoras en los campos de batalla del Frente Occidental, fue el primer vehículo en ser llamado “tanque” como una forma de mantener su secreto y ocultar su verdadero propósito. Fue desarrollado para ser capaz de cruzar trincheras, resistir disparos de armas ligeras, viajar a través de terreno difícil, transportar pertrechos y capturar posiciones enemigas fortificadas. No obstante, también recién se comenzaba a sentir una de las principales características de su empleo: el efecto psicológico paralizante. Hay que tener la suficiente templanza para sentir el tembladeral del terreno ante el avance de una masa de blindados.

Un poco de historia… cómo fueron pensados en un principio los tanques

Esa nueva arma de combate evolucionó sobre la base de un triángulo que tiene en sus vértices a la potencia de fuego, la velocidad de movimiento y el blindaje. De su delicado equilibrio surge la mejor ecuación para su empleo. Con el tiempo el equilibrio se transformó en como perforar los blindajes y como evitar que eso suceda. Comenzó una nueva carrera entre los diferentes tipos de proyectiles llamados antitanques (carga hueca, energía cinética, etc.) y los diferentes perfiles de blindaje para neutralizarlos (blindaje compuesto, que incorpora espacios de aire y materiales tales como cerámicas o plásticos además del acero, y los blindajes reactivos explosivos).

En la guerra moderna, los tanques han sido un elemento clave en las operaciones ofensivas, para atravesar las líneas enemigas y recuperar el territorio. Usados de manera efectiva, brindan potencia de fuego móvil, protección, impacto, sorpresa y el mencionado “efecto psicológico paralizante”. Concentrados en números, pueden dislocar las defensas de un enemigo. Pero también necesitan el apoyo de un “techo” aéreo, de la artillería, de apoyos con similares características de movilidad para debilitar primero esas defensas y luego el apoyo de la infantería para mantener el terreno recuperado.

En representación de los variados conocedores del empleo de blindados, Hamish de Bretton-Gordon, coronel retirado del Real Regimiento de Tanques británico, consideró que los números son importantes para lograr un gran avance. Una brigada blindada para una operación ofensiva significativa normalmente incluiría al menos 70 tanques. Entonces, más de 100 tanques de batalla podrían marcar una gran diferencia. Luego, está el apoyo adicional necesario para realizar una “maniobra de armas combinadas”, donde se requiere del apoyo de vehículos autopropulsados de artillería y otros que permitan romper minas y tender puentes, que posean una movilidad semejante a la de los tanques para acompañar su maniobra.

Los tanques en la guerra que enfrenta a Rusia con Ucrania

Para capturar terreno rápidamente, la “maniobra de armas combinadas blindadas” utiliza su velocidad como elemento de sorpresa, evitando las áreas urbanas donde son más vulnerables a los ataques. En la guerra en Ucrania, Rusia mostró una errada estrategia al principio, en su intento fallido de rodear Kiev mediante una larga columna de blindados en un solo camino, que constituían un blanco fácil de batir y muy difícil de abastecer. Como contrapartida, las fuerzas ucranianas supieron utilizar las armas antitanques para detener y frustrar ese “eventual” avance blindado.

A partir de ello, el combate renovó la necesidad de contar con tanques, antes que, blindados a rueda, para asegurar movimientos ofensivos y contraofensivas, en razón del diferente poderío y de su capacidad de movimientos en todo tipo de terreno. Los hechos derribaron el mito de que el tanque a oruga estaba en decadencia.

En general, en el combate de tanques prevalece aquel que detecta primero al otro. Es importante entender que el tanque no opera en el vacío, pues en el combate moderno opera en conjunto con las actividades de reconocimiento de drones, que se supone que proporciona vigilancia, tal como fue utilizado por los alemanes con su apoyo aéreo durante el inicio de la Segunda Guerra Mundial. El llamado “techo” aéreo le garantiza al blindado certeza de movimientos, más aún en un campo de batalla tan “cybertrónico” como el actual.

Tanques T-62: el despliegue de un clásico que falló

El ejército ruso, luego de más de dos años de guerra a sabiendas de la necesidad del empleo de sus tanques, ha completado sus pérdidas iniciales con el despliegue de tanques T-62 de 60 años de antigüedad, según afirmó el reporte de inteligencia del Ministerio de Defensa británico. El número posterior a la letra T (de tanque) indica el año de su puesta en servicio.

Este tanque es un diseño soviético de los años 50 y producido a partir de los años 60, con una estructura poco innovadora, pero que fue el primero en incorporar un cañón de ánima lisa, el cual le permitía disparar misiles guiados. Puede desarrollar una velocidad de hasta 90 kilómetros por hora, gracias a una potencia nominal de entre 1.300 y 1.800 caballos. Esto le permite mover las 55 toneladas de peso de una estructura de cerca de 9 nueve metros de largo por 3,5 de alto y ancho, con una autonomía de combustible de 500 km.

Cómo son los tanques rusos T-90M Proriv y T-72B3M

No obstante, en marzo del 2023 las fuerzas armadas rusas en operaciones en Ucrania, habrían recibido varios centenares de sus tanques más avanzados, tanques T-90M Proriv (que significa avance o ruptura en idioma ruso), para su uso en la operación militar.

Además, también habría completado sus dotaciones con tanques T-72B3M profundamente modernizados. Los rusos consideran que estos tanques están “como mínimo al mismo nivel que los vehículos extranjeros más modernos” y en algunos aspectos están muy por encima de las características de combate de los tanques que posee Ucrania o los suministrados por los aliados de la OTAN.

La comparación está dada en términos de armamento, sistemas de control de fuego, protección, movilidad y conciencia situacional. Además, el T-90M y el T-72B3M están equipados con protección dinámica adicional, que permite a los tanques rusos resistir eficazmente a las armas antitanques (en particular, las municiones acumulativas y los proyectiles perforantes de blindaje) desde casi todos los ángulos.

Por su parte, el tanque T-90M Proriv es una profunda modernización del T-90A con mayor protección y mejores características de combate y rendimiento. El vehículo está equipado con una nueva torreta con un cañón de 125 mm que también sirve para lanzar misiles antitanque guiados y un sistema digital de control de tiro altamente automatizado con varias miras. Su alcance eficaz es de casi 5000 m.

Asimismo, el tanque T-72B3M constituye una profunda actualización del T-72B. El vehículo está equipado con una nueva versión del cañón de 125 mm, una nueva protección dinámica Relikt, un nuevo motor de 1.130 caballos de potencia. Este tanque está equipado con el último sistema de control de fuego y miras. En términos de características de combate, el T-72B3M se acerca a los tanques “Proriv”.

Ucrania, OTAN y los tradicionales tanques Leopard 

Ucrania, por su parte, ha recibido como contrapartida al tanque Leopard en sus diferentes versiones, por ser el de mayor uso por los países miembros de la OTAN, además de ser fabricado por Alemania y tener prestaciones capaces de enfrentar a los tanques rusos.

El Leopard pesa 62,3 toneladas, con una tripulación de 4 personas (Comandante, apuntador, cargador y conductor) desarrolla una velocidad de 72 Km/h, con un motor Diésel turboalimentado 1.200 CV, que le permite una autonomía 550 km. También puede batir blancos en movimiento hasta 5 kilómetros de distancia, con capacidad de tiro nocturno y medición láser.

Su arma principal es un cañón de ánima lisa de 120 mm con 42 proyectiles y un arma secundaria ametralladora calibre 7,62 mm con 2750 proyectiles, en la torreta. Los proyectiles del cañón se encuentran 15 en la torreta para su empleo inmediato y el resto en el interior, ubicados en compartimientos blindados. Esta característica protege a la tripulación de cualquier explosión interna, a diferencia de los tanques rusos que no la poseen.

Su blindaje Frontal en el chasis superior es de 750mm, mientras que el inferior es de 200mm (que llega a 350mm contando inclinación). La torreta posee 640mm de blindaje que llega a 810mm con la inclinación. Su blindaje es de 3ra generación compuesto por acero de alta resistencia, tungsteno y relleno plástico con componentes cerámicos, y torre de titanio-tungsteno. Además, la versión del Leopard 2 A 6M tienen una protección especial antitanque que le permite a la tripulación soportar pisar minas antitanques sin mayores problemas.

A fondo, ¿cómo son los tanques americanos Abrams?

EE.UU. ha enviado a Ucrania 31 Tanques Abrams con características similares al Leopard, pero de mayor peso y con una ametralladora 12,7 mm como arma secundaria, aparte de tener 2 ametralladoras 7,62 mm. Sus características diferentes más notables incluyen el uso de un motor basado en una potente turbina de gas, la adopción de un sofisticado blindaje compuesto, y un novedoso sistema de almacenaje de las municiones en compartimentos especiales que, en caso de explosión, redirigen la fuerza hacia el exterior, multiplicando las probabilidades de supervivencia de la tripulación. Su peso de unas 68 toneladas, lo hacen uno de los tanques más pesados que están en servicio en la actualidad.

La prensa occidental considera que los tanques Abrams estadounidenses, entregados a Ucrania, se encuentran entre los más sofisticados del mundo y cuentan con ventajas técnicas que muchos otros modelos no pueden igualar, siendo el T-90 ruso el principal adversario del M1 Abrams. No obstante, el T-90 tiene una ventaja en maniobrabilidad, para atravesar terrenos accidentados y es más rápido, en razón de su menor peso (46,5 ton contra 70 ton).

No obstante, el tanque Abrams suministrado por Washington a Ucrania fue ampliamente utilizado durante las operaciones de combate norteamericanas en Irak y Afganistán. Sin embargo, en ese momento no había vehículos aéreos no tripulados (UAV, por sus siglas en inglés) que cazaran los principales tanques de batalla.

A diferencia del Abrams el Leopard no entró en combate con el Ejército alemán hasta la guerra de Kosovo (1998-1999), siendo empleado en Afganistán con la ISAF danesas y canadienses, y por el Ejército de Turquía en la guerra de Siria.

A pesar de esto, se lo considera más capaz que el Leopard 1 A5, entregado a Ucrania por la masa de países europeos (Canadá, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Grecia, Países Bajos, Noruega, Polonia, Portugal, España, Suecia y Turquía). Sin embargo, Occidente está transfiriendo a Ucrania modelos de tanques más antiguos y sin modificar.

El diseño del Leopard 2 y el M1-Abrams prioriza la tripulación. La munición se encuentra separada en un compartimento blindado, mientras que el T-90 prioriza la velocidad de disparo. En el caso del tanque ruso la munición se carga automáticamente desde un surtidor situado bajo la tripulación haciéndola vulnerable.

La decisión de Alemania y EEUU de proporcionar a Ucrania los modernos Leopard 2 y Abrams 1, respectivamente, no cambiarán quizá el curso de la guerra, pero son una contribución muy importante para la defensa del país invadido. Además, suponen un mensaje político a Rusia sobre la unidad y determinación de Occidente en su apoyo a Ucrania. Gradualmente, Ucrania al quedarse sin repuestos ni municiones para el obsoleto equipo soviético que posee, y estar recibiendo material usado por los países integrantes de la OTAN está preocupando a Rusia.

Rusia vs Ucrania: tanques en la guerra, ¿quién gana esta batalla?

En septiembre de 2022 la sorpresiva ofensiva ucraniana llevó a los mandos rusos a construir líneas defensivas a lo largo de todo el frente, apuntando a una guerra de trincheras al estilo de la I Guerra Mundial, con enormes campos minados al frente de las mismas. Los blindados pasaron a ser empleados en cantidades mucho menores, ya no como el eje de sus fuerzas sino más bien como elementos de apoyo a la infantería, lo cual permitió suponer que el impacto de las pérdidas de material habría sido realmente significativo, obligándolos a cambiar el modo de empleo de las armas combinadas.

Rusia ha tenido pérdidas, de más de 1100 tanques T-72, sobre algunos más de 2000 que tenía operativos al comienzo de la guerra. Si bien sacaron de sus depósitos muchos vehículos, recibieron 98 de Bielorrusia y capturaron unos 40, que no llegaron a cubrir la cantidad perdida, a la cual hay que sumar aquellos que han ido quedando fuera de servicio debido al desgaste producido por su uso intensivo.

Los tanques rusos han demostrado ser vulnerables, carecer de modernos equipos de puntería, estabilización y autoprotección acordes con las necesidades, lo que implicó menos precisión y más vulnerabilidad. Las defensas ucranianas demostraron la eficacia de las armas antitanque y hasta cañones de calibres como 30 o 35 mm contra el blindaje de dichos tanques. Medidas improvisadas para aumentar la protección, como los enrejados, demostraron tener poca eficacia.

Además, el sistema de abastecimiento de la munición dentro de los tanques rusos demostró ser una trampa mortal para las tripulaciones, que en la mayoría de los casos perecieron al ser impactados sus vehículos. En el caso de los tanques Leopard 2 que Rusia logró destruir en junio de 2023, se pudo ver que casi ninguno tuvo un nivel de destrucción masivo que haya matado a la tripulación. Es importante resaltar que la tripulación es la pieza fundamental del tanque por el tiempo que lleva la capacitación de su reemplazo.

En síntesis, el tanque sigue siendo el arma de la decisión, necesaria para determinar el éxito del combate táctico y asegurar la victoria estratégica.