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EVENTOS
Mar. Jul 2nd, 2024
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POR CARLOS FAJARDO
PARA PRENSA MERCOSUR

1. LA INTERVENCION
Esta semana la Superintendencia Nacional de Salud, argumentando hallazgos administrativos irresueltos en las últimas auditorías que esa entidad le hizo a la Subred Integrada de Servicios de Salud Centro Oriente de la ciudad de Bogotá, decidió intervenir la citada entidad, una de las cuatro colosales subredes de servicios de salud de la capital, con el objeto de salvaguardarla ante el riesgo de quiebra y liquidación.

La Subred Centro Oriente fue durante los cuatro años de la nefasta y corrupta administración de Claudia López la cenicienta de las cuatro subredes, de hecho fue en esta subred donde se encontraron y denunciaron unas adquisiciones que hizo la Secretaría Distrital de Salud de elementos e insumos a un precio muy por encima del valor comercial en un hecho que involucra a Alejandro Gómez López, Secretario de Salud por entonces, su mano derecha Luis Miguel Úsuga, subsecretario Corporativo y a Yiyola Peña, muy de la cuerda de los primeros dos y en ese momento encargada de la gerencia de esa subred en reemplazo de la gerente titular, Claudia Ardila, quien se encontraba suspendida provisionalmente a causa de unas investigaciones de las que finalmente salió exonerada.

Si por algo se caracterizó la administración del señor Alejandro Gómez López en la secretaría de Salud fue por su irrespeto permanente a la autonomía de las subredes, sus tratos sospechosos para la adquisición de bienes y servicios, el envilecimiento de una estructura como el EAGAT (Entidad Asesora de Gestión Administrativa y Técnica), que fuera inicialmente concebida como un mecanismo para aprovechar los efectos benéficos de la economía de escala al centralizar en ella la adquisición de bienes no misionales que por el volumen de la compra podrían adquirirse para las cuatro subredes en un ejercicio de mayor transparencia y a mejores precios.

Al final del funesto ejercicio del señor Gómez las cuatro subredes presentaban deudas a proveedores a más de 365 días y por un valor que en conjunto se aproximaba al medio billón de pesos, sus presupuestos fueron aprobados en forma deliberada y perversamente deficitaria sin tener ni siquiera en cuenta las compensaciones propias del Índice de precios al consumidor, ni los aumentos anuales en los salarios de los trabajadores de planta, siempre por encima del aumento del salario mínimo ni mucho menos el gasto desbordado en nómina administrativa con el que se pagaban, desde el trono del rector de la salud bogotana, los favores políticos a concejales venales por su silencio y connivencia con la administración del citado señor.

Cabe recordar aquí que el señor Luis Carlos Leal, HOY Superintendente Nacional de Salud, por la época de los hechos concejal de Bogotá por el Partido Verde, se refirió en muchas ocasiones a la situación de las subredes de salud, fue especialmente crítico con la gerencia de la Subred Centro oriente, ordenó desde su condición de cabildante muchas de las más de sesenta investigaciones que le abrieron a la gerente titular, la mayoría de las cuales han sido archivadas por carecer de elementos sustanciales que permitan establecer la existencia de faltas disciplinarias o de delitos, como muchas veces acusó sin fundamento.

Pero también es cierto que como concejal de la ciudad participó activamente en las discusiones y votó y aprobó los presupuestos deficitarios que la administración funesta de Gómez y de la señora López gestionaron para las subredes, desconociendo las sustentadas solicitudes de los equipos técnicos financieros de las mismas.

A su llegada a la Alcaldía el doctor Carlos Fernando Galán fue enterado de la crítica situación que atravesaban TODAS LAS SUBREDES y particularmente de los esfuerzos desesperados que para el final del año 2023 se hacían desde la Centro Oriente para conseguir los recursos que permitieran cuando menos pagar la nómina de planta y contratistas.

A través del proceso de empalme fue enterado también del lastre brutal que todas las subredes llevaban en deudas a proveedores y el riesgo de quedarse sin el suministro adecuado de insumos y medicamentos para realizar sus labores misionales.

Ante la situación lamentable que se presentaba en la Subred Centro Oriente, fruto de decisiones lesivas por parte del ente rector y la alcaldía de Claudia López en su incesante e infame persecución a la gerente incómoda Claudia Ardila, procedió a darle continuidad, en los que respecta a esa subred a un espacio de concertación y trabajo en equipo con representantes de los sindicatos y la comunidad que dieron en llamar COMISIÓN TRIPARTITA para ir gestionando y consiguiendo recursos que lograran aliviar la terrible crisis.

Tenían un grave inconveniente: La señora López y su cuadrilla habían dejado la olla raspada y tan sólo hasta junio podrían hacerse visibles las modificaciones necesarias al presupuesto distrital pues hasta ese momento estaría vigente lo dejado por Claudia López…

Con la crisis brutal en que dejó las subredes la corrupta administración de Claudia López, el alcalde Carlos Galán no ofreció opción mejor que un plan de fortalecimiento de 260 mil millones a dos años, cuando la sola deuda a proveedores asciende en este momento a medio billón a más de 365 días. Entre tanto se gestionaban recursos para ir solucionando las coyunturas ras con apenas, un tratamiento hidropónico que no tenía en cuenta la enorme deuda que la administración López había dejado con proveedores y tan sólo alcanzaba para solucionar asuntos de nómina y algunos requerimientos esenciales de insumos sin los cuáles simplemente se hubiera tenido que proceder a cerrar los servicios a la población.

Pero ese debilitamiento no fue casual ni producto tan sólo del actuar de unos “malos gerentes” ni de sus presuntas “prácticas corruptas”: El estrangulamiento de las subredes de salud ha sido sistemático, comenzó con la aprobación del acuerdo 641 de 2016 en la administración Peñalosa que reestructuró la red hospitalaria y creo unas mamotréticas subredes con graves falencias en sus líneas de mando y manejo, dejando unidades productivas acéfalas y manejadas por líderes transversales sin las herramientas necesarias para hacer un adecuado y puntual seguimiento de la producción, la calidad, el flujo de suministros, el recaudo y el flujo de caja, eso sin hablar del tema crítico y desgastante de las tarifas a las que se contrataron los servicios con Capital Salud.

El hecho de limitar y concentrar la contratación a una sola EPS implicaba un riesgo.

Para colmo de males una buena idea, el EAGAT (Entidad Asesora de Gestión Administrativa y Técnica) ahora EGAT (Le quitaron el apelativo de asesora pues sus decisiones son obligatorias para las gerencias de las subredes), una criatura que permitiría concentrar la contratación no misional y beneficiar a las subredes de la economía de escala, terminó en foco de corrupción.

Los gerentes de las subredes salieron por finalización de su periodo el 31 de marzo, se suponía entonces que deberían llegar los cuatro nuevos gerentes nombrados por la administración de Galán atendiendo sus prioridades y requerimientos, pero no fue así: El tal concurso se encontraba bloqueado merced a que pasaba entonces y sigue pasando por graves dificultades que lo han mantenido bloqueado legalmente y, a cargo de las subredes, con toda su crisis, el Alcalde debió poner a unos funcionarios de confianza de la Secretaría de salud bajo la figura del encargo.
Luego de cinco meses de administración Galán en Bogotá ni siquiera han podido sacar adelante el concurso de gerentes…

Y ahí viene otro gran problema: Si Ud. tiene unas subredes hospitalarias que a diario deben brindar servicios a millones de ciudadanos vulnerables y pone a cargo de ellas funcionarios de transición sin el conocimiento ni la autoridad para dar los timonazos que la situación requiere y simplemente no gestiona recursos ni toma decisiones y se sitúa como vaca muerta debiendo, como gerente, encargado o titular, actuar como tal y ni firma ni presta el hacha, paga nóminas sin abonarle a proveedores, por tanto no provee insumos para atender las necesidades consuetudinarias de la población, aparte del detrimento presupuestal monstruoso que causa, ¿cómo se llama al hecho de que bloquee la concreción del derecho de la gente a recibir atención oportuna y suficiente?

La pregunta que todo el mundo se hacía y se sigue haciendo es si esa agonía se mantiene con fines políticos y económicos para poderles dar el golpe de gracia e implementar un modelo privatizador como el que el señor Alexander Moscoso, subsecretario de aseguramiento en salud, se ufana de haber montado en Barranquilla.

Alarmados por el desarrollo irregular de las cosas, el debilitamiento continuo de las subredes, la falta de gestión de sus deudas, los trabajadores y la comunidad comienzan a hacer presión y a moverse ante la administración de Galán que no arranca y se cita a la acción teniendo en cuenta que el tiempo pasaba y pasaba y la situación se mantenía EMPEORANDO LA CRISIS, LA DEUDA, LA FALTA DE INSUMOS, LA VULNERABILIDAD Y LA INVIABILIDAD FINACIERA Y PRESUPUESTAL DE LAS SUBREDES:

“Es el momento de la unidad y la contundencia, no podemos esperar a que nos desmonten y marchiten las subredes, está de por medio el trabajo de más de veinte mil personas, la salud de más de dos millones de ciudadanos que dependen para su atención de las subredes…”

“Hay que denunciar al alcalde, al secretario de salud y a las 4 gerentes encargadas por negligencia criminal, detrimento patrimonial, peculado por omisión, entre otras cosas más.”

“La salud de los bogotanos, su red hospitalaria, se diluyen ante la inoperancia y el desgreño”

Y precisamente cuando se seguían recibiendo noticias desalentadoras respecto del famoso concurso de gerentes empezó a hacer carrera entre los usuarios y trabajadores la idea de que lo mejor que podría pasarle a las subredes, no sólo por la inacción de la administración Galán sino por la clara intención de cambiar el modelo de atención para privatizar, era que la Supersalud tomara sus riendas, las interviniera, lo que evitaría que pudieran montar el modelo de Barranquilla, un modelo pensado para el negocio y la depredación y debilitamiento de la ya alicaída red hospitalaria de Bogotá y permitiría la recuperación de las subredes bajo la tutela de ese órgano de control.

Porque, claro, la situación crítica de las subredes de salud de Bogotá, esas colosales e inmanejable3s entidades, no se iba a resolver con paños de agua tibia, mucho menos cuando se hacía evidente que lo que se pretendía poner en marcha era un plan de privatizaciones, tercerizaciones, liquidación de personal de planta, concesiones a grandes cacaos de la contratación y el desmonte de la red hospitalaria de Bogotá, tal como hizo en Barranquilla el nefasto señor Alexander Moscoso, apoyado por los Char, tan buenos que son para los negocios, con la entusiasta aprobación de dos figuras abyectas y prominentes del neoliberalismo y la mercantilización de la salud: Los señores ex ministros Alejandro Gaviria y Fernando Ruiz.

Un modelo que se urdió desde 2008 sobre la base de una red hospitalaria corrupta y desmembrada en la ciudad de Barranquilla, debilitando aún más la red pública y entregando la tajada del león a terceros privados, promoviendo la precarización laboral de los trabajadores de la salud, la liquidación de la planta y la apelación a los contratos basura, las jornadas extenuantes, el exceso de trabajo por encima de los estándares de calidad y la maximización de la ganancia de terceros.

La Supersalud fue en su momento testigo del manejo aberrante dado desde el órgano rector, en ese momento a cargo del cuestionado Alejandro Gómez López, su irrespeto rampante a la autonomía de las subredes manifiesto en la frecuente imposición de funcionarios, la coadministración descarada, la corrupción desde el EGAT y la retención de pagos por Capital Salud.

Entonces, para sorpresa de muchos, aparece la decisión del Superintendente Luis Carlos leal de intervenir la Subred Centro oriente y realizar auditorías especiales a las otras subredes, empezando por la Norte. La intervención de la Supersalud se cruza en el camino de la actual administración de Bogotá y afecta notoriamente los planes y la refinanciación hidropónica de las debilitadas subredes.

La intervención de la Subred Centro Oriente podría interpretarse, hoy por hoy, y luego de cinco meses de gobierno inane e indolente de Carlos Fernando Galán, además de sus nefastos planes de privatización, como la única posibilidad de salvar a la Subred y recuperarla para Bogotá. Esa intervención debería darse también para las otras subredes hoy cada vez más cerca de la inviabilidad.

La intervención en modo alguno va en contra de los trabajadores ni de los usuarios. Es una medida de corte administrativo y busca blindar a la institución, fortalecerla, atacar sus debilidades intrínsecas, resolver sus afugias presupuestales y de flujo de caja y proporcionarle un gerente interventor con amplias atribuciones, capacidad de decisión y sin la malévola influencia de Alexander Moscoso y de Fernando Ruiz.

Para la administración Galán esa intervención y la amenaza de intervención de las otras subredes representa un obstáculo para sus planes, de inmediato se dio una respuesta dura y contundente del alcalde acusando al gobierno central de irrespetar la autonomía de la capital y calificando esa intervención de inaceptable.
Lo absolutamente inaceptable es que, luego de cinco meses de su la administración Galán, las subredes continúen ilíquidas, respondiendo apenas por planta y contratos OPS, con deudas enormes con proveedores que por su magnitud rivalizan con el propio patrimonio institucional.

Ahora se rasgan las vestiduras, acusan al Superintendente, afirman que se metió en el terreno vedado de las decisiones de un alcalde que no toma decisiones de fondo, pero si hace extensos videos defendiendo la autonomía de Bogotá, mientras las subredes caminan hacia el abismo…

Lo cierto es que se esperan más intervenciones y ellos lo saben, Bogotá es la joya de la corona y su sector salud es un activo muy importante en la estrategia del cambio y las reformas.

Los mercachifles, por ahora, se quedan con los crespos hechos.

Tendremos muchos lloriqueos, declaraciones grandilocuentes, salvadores a granel, llegarán las “sesudas” intervenciones de Gaviria y el señor Ruiz, pero la @Supersalud ya les ganó el pulso con autoridad y premura.
La Centro Oriente no es la única con deudas con proveedores, problemas de insumos. Son notorios los problemas de recaudo en las otras subredes.

Esperemos que las subredes salgan adelante y no sean rehenes y víctimas de un pulso político…

2. ESCUPIR PARA ARRIBA

Uno no duda de la indignación del patriarca Antanas ante la magnitud de la degradación del @PartidoVerdeCoL, pero de ahí a creer en los motivos de la corrupta gárgola que depredó a Bogotá hay una distancia enorme.
Es obvio que Claudia López actúa movida por cálculos politiqueros, que su deslinde es el desplante cínico de una sabandija que debe muchas explicaciones a la ciudadanía y a la justicia: Con los bolsillos llenos de plata mal habida hace gestos provocadores para agitar el ambiente, reconstruir una narrativa poco creíble de decencia y escrúpulos…
Por ahí aparecen unos pocos que intentan validar su salida y ponerla al nivel de lo que la integridad del exalcalde de los pantalones flojos sin duda tiene.

Pero la gente, que no es boba, reacciona en su mayoría con sarcasmo a la parodia de la iracunda fámula.
Es más fácil, sin duda, creer en el cacareado “petrismo” del corrupto Iván Name que en la decencia, pulcritud y honestidad de la cuestionada exalcaldesa.

A diferencia de la renuncia de Mockus que deja muy mal parado al @PartidoVerdeCol, la salida de @ClaudiaLopez le da un respiro, aparte de la hilaridad general que producen las razones de ésta.En medio de tanto cinismo la prensa mercenaria parece más interesada en sembrar dudas sobre la transparencia del gobierno y desacreditar la reforma pensional y, en general, afectar el trámite de las reformas que en validar las razones de la señora López quien, de esa manera, pasa olímpicamente de agache o, por lo menos, intenta hacerlo.

La justicia, sin embargo, podría pronunciarse en cualquier momento frente a los muchos y bien soportados reproches que le gestiona a la politiquera.

A las pocas horas de su comunicado hipócrita en el que aseguraba que dejaba el partido verde por haberse convertido en foco de corrupción, la misma en contra de la que, según ella, ha liderado iniciativas fundamentales y ha hecho de su vida un apostolado, la Fiscalía cita a la señora López a un interrogatorio para que de claridad acerca de acusaciones y grabaciones en las que se menciona que habría recibido cerca de doce mil millones de pesos en coimas de los contratistas chinos del metro de Bogotá para financiar la campaña de su consorte la señora Angélica Lozano. En consonancia con lo dispuesto por el órgano acusador, a las pocas horas la Corte Suprema de Justicia llama a la señora Angélica Lozano a declarar por los mismos hechos.

El andamio de corrupción de la señora López y su pareja empieza a desbaratarse, la justicia la cerca a ella y su pareja y las mantiene bajo su implacable mira.Hasta su inseparable amigo Sergio Fajardo saca un video en el que se deslinda de ella y la deja muy mal parada ente sus cada vez más escasos seguidores, palabras más, palabras menos la tilda de inconsistente, por no decir oportunista y desleal.

Peor no pudo haberle ido a la señora exalcaldesa siempre tan experta en eso de escupir para arriba…

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