Nicaragua se acerca a China mediante programa lunar

La Administración Nacional del Espacio de China (CNSA) anunció que Nicaragua se unirá a la construcción y operación de la Estación Internacional de Investigación Lunar (ILRS), según un comunicado de la República Popular China, a finales de abril. Este hecho ha generado debates sobre las implicaciones políticas y estratégicas de esta colaboración.

“China busca influir ideológicamente a Nicaragua en un contexto antioccidental a través del proyecto ILRS, a pesar de su nula experiencial espacial”, dijo a Diálogo el 16 de mayo Eduardo Varnagy, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Jurídicas de la Universidad Simón Bolívar, de Caracas, Venezuela.

El programa, ILRS liderado por China, tiene como objetivo establecer una base lunar permanente para la década de 2030, con misiones preliminares que probarán la tecnología de recursos in situ en el polo sur lunar, según informó la revista estadounidense Space News

La firma del acuerdo entre la Secretaría Nacional de Asuntos del Espacio Ultraterrestre, la Luna y otros Cuerpos Celestes de Nicaragua (SNAE) y la CNSA, se dio durante la ceremonia de apertura del Día del Espacio China 2024, en Wuhan, reportó el portal oficial nicaragüense 19 Digital. El convenio abarca áreas de educación, desarrollo de capacidades, investigación conjunta, intercambios profesionales y arquitectura espacial.

Nicaragua se suma como el décimo país en unirse al ILRS, siendo sus actividades espaciales limitadas debido a tremendas restricciones económicas y tecnológicas, precisó Space News. El país es signatario del Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre. El proyecto conjunto ILRS entre China y Rusia fue anunciado formalmente en junio de 2021.

Reactor nuclear

Pekín y Moscú planean instalar un reactor nuclear en la próxima década, reveló la revista Newsweek. La agencia espacial rusa Roscosmos, anunció en marzo su investigación sobre el uso de cohetes de propulsión nuclear para llevar cargamentos a la Luna, aunque aún no han resuelto los desafíos de construir de manera segura estas naves espaciales.

“Estamos considerando seriamente un proyecto para llegar a la Luna y montar, entre 2033 y 2035, un reactor de energía nuclear junto con nuestros socios chinos”, dijo el 5 de marzo Yuri Borisov, director de Roscosmos, al medio estatal ruso RIA.

Además, Borisov subrayó que la estación ILRS constará de varios módulos, lo que resalta la necesidad de una fuente de energía nuclear duradera, reportó Newsweek. Dada la extensión de la noche lunar, de unos 14 días terrestres, los paneles solares no serían capaces de mantener el suministro eléctrico durante ese periodo tan prolongado.

Aunque la sugerencia de Borisov de instalar una planta de energía nuclear en la Luna es “extraño”, su declaración refleja el creciente acercamiento entre Rusia y China, y la disposición china a establecer una asociación estratégica a largo plazo para contrarrestar la influencia occidental y potencialmente desafiarla, indica el estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra.

“Los regímenes de izquierda radical, tanto en Nicaragua como en China y Rusia, tienen una esencia militar detrás de su apariencia civil”, expresó Varnagy. “Muchos de sus proyectos espaciales están disfrazados bajo el pretexto de la ciencia liberal, pero en realidad están impulsados por la ciencia militar y del control ciudadano”.

Artemis

Por otro lado, la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA), en colaboración con el Departamento de Estado de los Estados Unidos, estableció los Acuerdos de Artemis en 2020, junto con otras siete naciones fundadoras, para guiar la cooperación en la exploración de la Luna de manera pacífica, segura y transparente. Más de 28 países se han sumado a estos acuerdos, señala el sitio web de la NASA.

De acuerdo con el portal mexicano A21, los países desarrollados promueven programas de capacitación espacial, para crear el capital humano necesario en el ámbito de la exploración espacial. Además, están generando conciencia sobre la importancia de proyectos como Artemis, para impulsar el desarrollo de nuevas tecnologías y aplicaciones para futuras misiones lunares.

“Mientras, el programa ILRS tiene otros componentes e intenciones que aún no son visibles, pero que con el tiempo se harán evidentes”, señaló Varnagy. “Es crucial estar alerta ante estos imperios radicales que buscan aliarse en el espacio, para confrontar a aquellos que no comparten su ideología. Los Acuerdos Artemis tienen una misión humanitaria”.

NicaSat1

Según el diario nicaragüense Artículo 66, Laureano Facundo Ortega Murillo, asesor presidencial para las Inversiones, e hijo de los dictadores Ortega-Murillo, se reunió en marzo con una delegación del Centro de Cooperación Internacional del Laboratorio de Exploración del Espacio Profundo, de China, para incluir al país en el proyecto de viajes a la Luna.

Hubo un tiempo en que Laureano Ortega Murillo también había prometido a Nicaragua el NicaSat1, un satélite chino de USD 300 millones, que supuestamente habría hecho al país independiente en comunicaciones para 2016. Sin embargo, tras mostrar sólo una maqueta a escala que trajo de uno de sus viajes, el proyecto quedo en el olvido por falta de presupuesto y de detalles técnicos, aclaró el mismo diario.

“Nicaragua no tiene intereses científicos o de investigación en el espacio. Su principal motivación para involucrarse en proyectos espaciales es obtener ventajas para fortalecer y mejorar sus estrategias de control ciudadano, lo que le permite afianzarse en el poder de forma indefinida”, concluyó Varnagy.