El dinero del futuro - Prensa Mercosur El diario online del MERCOSUR

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Han pasado algunos miles de año desde que el dinero comenzó a ser un instrumento utilizado para realizar transacciones que facilitaban las mismas así como el trasporte, No es lo mismo llevar un kilo de oro que mil sestercios.

El dinero pues, se convirtió en el eje primordial para las operaciones comerciales. En algún momento de la historia de la civilización lo que era un mero instrumento o un medio se fue convirtiendo en un fin. Esto trajo varios problemas a la economía moderna, hoy completamente desnaturalizada en su origen mismo. El dinero como un fin fue fácil de adoptar desde el día en que R. Nixon decidió desde su gobierno que el patrón oro debía cambiarse por el patrón dólar. Es decir, la moneda ya no tenía que estar sujeta a la riqueza en oro de un país, ni tan siquiera al poder de su economía ni a sus recursos naturales, sino a la moneda misma.

Al romper esa dependencia se dio carta blanca a imprimir el dinero sin restricciones atendiendo a planteamientos políticos y no tanto económicos. No cabe duda, que al haber más dinero impreso en el sistema financiero sin obedecer a necesidades reales del mercado, éste pierde su valor, por tanto la inflación aumenta y hasta al mismísimo Dios le cuesta trabajo de controlar. No sólo la reserva Federal U.S.A. realizaron esta operación , la de imprimir dinero a todo gas, sino todos los bancos centrales del mundo, con mayor o menor fortuna, De hecho, el Banco Central Europeo es experto en esta práctica de crear dinero y llenar el sistema del mismo. lo hizo para salir de la crisis generada por activos tóxicos provenientes de U.S.A, principalmente, como no. Así que nuestros dirigentes, al menos los europeos, se dieron cuenta que eso de inyectar dinero sin ton ni son tenía la consecuencia de una inflación muy alta, es decir que se gana lo mismo pero el precio de las cosas sube, con lo que se puede comprar menos y la población se empobrece. En otras palabras, el consumo decrece.

No tuvieron que pensar mucho para inventar un tipo de dinero y de cambio monetario que, por mucho que se aumente, no genere esa inflación o si la provoca sea más fácil de reconducir, por ejemplo estimulando el consumo. Aunque, por mucho que se estimule si mi dinero vale menos y el precio de lo compro ha subido poco voy a poder comprar. La respuesta a este dilema que se debatió en la Comisión Europea, vino de las nuevas tecnologías aplicadas a la economía, más bien a la inteligencia artificial. Crear una moneda digital como el Bitcoin pero generada y regulada por los Bancos Centrales. Por tanto, había que hacer desaparecer sobre la faz de la tierra el dinero físico con el diluvio de las nuevas tecnologías (en algo hemos avanzado desde el arca de Noé)

Nacieron las CBDC (CENTRAL BANK DIGITAL CURRENCY). o monedas digitales de bancos centrales en español. Una moneda digital pensada para las operaciones comerciales y operaciones de pago de cualquier naturaleza y valor. En parte, las transacciones digitales ya existen, por ejemplo, con nuestras tarjetas de crédito o de débito, pero, por mucho que se esfuercen en mentirnos, no es lo mismo Una tarjeta de débito depende del dinero que tengas en tu cuenta cuyo valor y disponibilidad no está regulado por ningún banco central. Por contra, el procesamiento, el valor y la disponibilidad de las cbdc, dependen de los bancos centrales, ni tan siquiera de los propios gobiernos. De tal modo, que si la inflación aumenta, principalmente debido a las políticas económicas extraterrestres de muchos gobiernos, así como de los bancos centrales, los mismos pueden obligarte a que gastes y consumas. Sencillamente, sólo tienen que programar la caducidad de tu dinero digital para que no tengas más opción que gastarlo aunque en ese momento no lo necesites. Es decir, tu dinero, ese que ganas con el sudor de tu frente y el dolor de tu espalda, ya no te pertenece porque no puedes disponer del mismo libremente.

Aún tenemos otra consecuencia de todo esto y es que al ser rastreable en su integridad como consecuencia de la imposibilidad de hacer transacciones en efectivo, los gobiernos pueden saber qué cantidad de combustible echaste en tu auto, donde y cuando, por tanto también pueden limitar tu consumo de combustibles fósiles, por no decir que tu privacidad desaparecerá y como no reaccionemos, también lo hará nuestra intimidad.

Hay un problema en todo esto y que que al desaparecer el dinero en metálico y todo hacerse con moneda digital, las estafas, robos de datos y suplantación de identidad también lo hacen., es decir, hemos pasado de los atracos físicos como en las películas a los atracos digitales. esto se ha empezado a analizar en dos países: Noruega y Suecia, en donde las operaciones comerciales en efectivo, dinero físico no superaba el 1%. tanto es así que estos gobiernos se están planteando volver en parte al modelo de dinero físico y hacerlo compatible con el modelo digital. Además en estos dos paises los ataques cibernéticos han aumentando exponencialmente.