Junta Interamericana de Defensa, herramienta para la integración hemisférica

Diálogo tuvo la oportunidad de conversar con el Teniente General de la Fuerza Aérea Brasileña Flávio Luiz de Oliveira Pinto, director general de la Secretaría de la Junta Interamericana de Defensa (JID), durante el Simposio de Logística para Líderes Séniores patrocinado por el Comando Sur de los Estados Unidos (SOUTHCOM), realizado en su cuartel general en Doral, Florida, a inicios de junio de 2024. El Tte. Gral. Flávio habló sobre las contribuciones de la organización a la logística y su papel en la región.

Diálogo: ¿Qué es la Junta Interamericana de Defensa?

Teniente General de la Fuerza Aérea Brasileña  Flávio Luiz de Oliveira Pinto, director general de la Secretaría de la Junta Interamericana de Defensa: En primer lugar, quisiera agradecerles por estar aquí, en el Comando Sur de los Estados Unidos (SOUTHCOM), para participar en este importante seminario. También por la oportunidad que nos brindan de hablar con la audiencia de Diálogo y presentar nuestra Junta Interamericana de Defensa, para hablar un poco sobre lo que hacemos para promover la confianza y la seguridad hemisférica.

La Junta Interamericana de Defensa fue creada en 1942, con la misión de analizar la defensa del hemisferio cuando el mundo padecía la Segunda Guerra Mundial. Con el paso del tiempo y los diversos cambios en la geopolítica mundial, esta función inicial cambió en 2006, cuando la JID dejó de ser un organismo totalmente independiente y pasó a formar parte de la estructura de la Organización de Estados Americanos (OEA).

En la actualidad, la historia demuestra que este cambio provocó un aumento del nivel de interacción entre la JID y otros organismos e instituciones. Así, desde 2006, la JID ya no tiene una misión sino un propósito, que es proporcionar a la OEA y a sus países miembros asesoramiento técnico, consultivo y educativo sobre cuestiones militares y de defensa, en beneficio del cumplimiento de la Carta de la OEA.

Ese es nuestro propósito, la razón de nuestra existencia. ¿Cómo nos organizamos para cumplir este propósito? Bueno, la administración de la JID se rige por una estructura de dirección tripartita muy peculiar, que sin duda favorece la toma colegiada de decisiones, el diálogo y la integración entre nuestros Estados miembros. En este diseño, los tres líderes que son elegidos están ubicados al mismo nivel: el presidente del Consejo de Delegados, General de División del Ejército Mexicano Marco Antonio Álvarez; el director general de la Secretaría, que soy yo, Teniente General Flávio; y el General de División del Ejército de los Estados Unidos Richard Heitkamp, director del Colegio Interamericano de Defensa.

Podemos ver que estas tres posiciones de liderazgo representan los tres ejes principales de nuestro propósito: proveer asesoría técnica, tarea del director general de la Secretaría; consultiva, actividad dentro de la esfera de acción del presidente del Consejo; y educativa, bajo la responsabilidad del director del Colegio Interamericano de Defensa.

Quiero subrayar que todo lo que hacemos en el marco de la JID es siempre el resultado de mandatos de la OEA. Siempre hay una interacción entre la JID y la OEA en el año previo a la realización de las tareas, para identificar los temas más demandados por los 34 países que hoy conforman la Organización de Estados Americanos y en los que la Junta puede contribuir. De ahí surgen los mandatos para el año siguiente. A continuación, la JID recibe y ejecuta estos mandatos, que señalan los campos en los que debemos desarrollar conocimientos, buscar las mejores prácticas y facilitar, a través de su amplia red de contactos, el intercambio de estas mejores prácticas entre nuestros Estados miembros.

Sobre la base de estos mandatos de la OEA, la JID elabora un plan de trabajo anual, que debe ser aprobado por su Consejo de Delegados, en el que están representados los países miembros de la Junta.

Posteriormente la Secretaría General, en posesión de este programa de trabajo, desarrolla estos temas. A modo de ejemplo, en la actualidad estamos trabajando muy intensamente en áreas como la ciberdefensa y el desminado humanitario. En el caso del desminado, además de seminarios y conferencias, tenemos dos equipos trabajando sobre el terreno en Colombia, contribuyendo al desminado humanitario en el país.

La Agenda de Paz y Seguridad de las Mujeres es otro tema en el que trabajamos intensamente, desarrollando conocimientos y promoviendo buenas prácticas. Además de estas áreas, podemos destacar otras como la protección del medio ambiente, el control de armamentos, los flujos migratorios y la seguridad marítima.

Pero también me gustaría destacar especialmente entre estas diversas áreas, repito, todas ellas derivadas de los mandatos de la OEA, la cooperación en materia de catástrofes, que es la razón por la que estamos hoy aquí. En el BID, dentro del tema de cooperación en desastres, estamos desarrollando lo que se conoce como MECODE, que es nuestro Mecanismo de Cooperación en Desastres.

MECODE surgió de una demanda percibida en los países afectados por catástrofes de ayuda por parte de otras naciones. Así, desde el momento en que un país sufre una catástrofe y se da cuenta de que necesita ayuda exterior, hace un llamamiento internacional. Para que esta ayuda llegue de forma coordinada y oportuna, se vio que era necesaria una coordinación. Para que esta coordinación sea más efectiva, es necesario realizar un estudio previo en el que se establezcan nomenclaturas, conceptos, procesos y procedimientos, así como puntos de contacto previamente definidos.

Este 2024, en Lima, Perú, quien se ofreció voluntariamente para ser el llamado país afectado, tuvimos el ejercicio MECODEX 24, realizado por primera vez con el apoyo de CEPREDENAC, que es el Centro de Cooperación para Desastres en Centroamérica y República Dominicana, institución a la que quiero agradecer por habernos facilitado una plataforma desarrollada por ellos, que nos ayudó mucho a realizar el ejercicio.

El ejercicio fue un éxito. Los datos aún están por recopilarse, pero la información que recibimos de nuestro equipo al final del ejercicio en Lima, es que algo más del 70 por ciento de las necesidades del país, fueron cubiertas en las primeras 48 horas del ejercicio, entre otros datos que aún están por analizar, lo que nos lleva a un futuro prometedor para MECODE.

Diálogo: ¿Cuántos países participaron en MECODEX 24 en Lima?

Tte. Gral. Flávio: Participaron nueve países en el ejercicio de este año. Por supuesto, los 28 países recibirán los informes al final.

Diálogo: ¿Cuáles son los desafíos de la región en materia de ciberseguridad?

Tte. Gral. Flávio: La defensa cibernética es ciertamente una de las áreas de trabajo más importantes para nosotros en la actualidad. Hemos visto una demanda muy fuerte de todos los países, que están muy interesados en los cursos que ofrecemos. Por regla general, el BID no imparte estos cursos con su propio personal, sino con socios que hemos desarrollado a lo largo del tiempo. Por cierto, esta es una oportunidad para señalar una vez más que la principal fuerza de la JID es su variada y competente red de contactos.

En Ciberdefensa organizamos seminarios, conferencias y, sobre todo, buscamos países y entidades que puedan ofrecer a otros, cursos de formación en esta importante área. Servimos como herramienta de integración en el hemisferio y como canal para ofrecer las mejores prácticas, con el objetivo de fortalecer las capacidades cibernéticas de nuestros miembros.

Un ejemplo: una de las herramientas que desarrollamos fue nuestro Desafío de Ciberdefensa. Dentro de este desafío nos dimos cuenta de que, utilizando el modelo de Captura la Bandera, que está muy establecido en el campo de la Ciberdefensa, sólo un pequeño grupo de países participaba en todas las competiciones, siempre con una mentalidad competitiva, no de cooperación. Se introdujo entonces un cambio en las reglas del desafío, con la exclusión del marcador y la creación de un sistema de intercambio de conocimientos, fomentando así la cooperación internacional y la confianza mutua. Con el cambio, se produjo un aumento significativo de la participación y el número de competidores se multiplicó por cuatro. Traducido en números: de cuatro países que siempre participaban, pasamos a tener 17 en el último ejercicio, reforzando la mentalidad de cooperación en Ciberdefensa. Otro dato importante: desde 2021, hemos impactado a más de 10 000 personas en este campo.

También en el campo de la Ciberdefensa, estamos trabajando, junto con otros sectores de la OEA, en la organización de un gran ejercicio de ciber resiliencia para infraestructuras críticas; un sector en el que varios países de nuestro hemisferio también requieren experiencia.

Diálogo: ¿Cómo participó el BID en los esfuerzos de rescate en Río Grande do Sul?

Tte. Gral. Flávio: Específicamente, con respecto al evento en Río Grande do Sul, el BID envió un observador. En esta zona ya habíamos participado en ejercicios simulados, pero era la primera vez que la JID enviaba un observador a una situación real. Fue a Brasil, por supuesto, con el fin de contribuir con las autoridades locales, tratando de ayudar en la medida de nuestras posibilidades, pero también tratando de identificar las principales dificultades encontradas durante la catástrofe, así como las mejores prácticas que se aplicaron para resolver las dificultades, de manera que podamos incorporar todas estas lecciones aprendidas en el desarrollo del sistema MECODE, que se encuentra actualmente en fase de desarrollo. Transmitimos este observador para que en el futuro, con este nuevo aprendizaje, podamos promover una integración de las mejores prácticas y de las dificultades encontradas en un momento tan complicado como el de Río Grande do Sul y, en otros momentos, en diversas naciones de nuestro hemisferio.