Israel: entre el fracaso de las negociaciones de paz con Hamás y la defensa ante el mayor ataque de Hezbollah

El gobierno de Benjamin Netanyahu continúa enfrentando obstáculos para lograr un alto el fuego en Franja de Gaza, mientras Israel intercambió ataques con Hezbollah en el Líbano durante el fin de semana.

Hace varios meses Israel se encuentra en una posición compleja en el ámbito diplomático y militar.

Al mismo tiempo que busca encontrar términos medios para negociar con Hamás y detener las operaciones en Franja de Gaza, mantiene sus ofensivas sobre el Líbano. Es que Hezbollah llevó adelante en las últimas horas su mayor ataque sobre el Iron Dome -cúpula de hierro- que protege el territorio israelí.

Ataque masivo de Hezbollah sobre Israel y contraofensiva

Las Fuerzas de Defensa y el Iron Dome contuvieron el mayor ataque de Hezbollah del que se tenga registro. En represalia por el asesinato de su número dos, Fuad Shukr, el grupo terrorista libanés lanzó la primera fase de una ofensiva con 320 cohetes Katyusha y drones con destino a 11 bases militares principalmente en el norte de Israel.

Los lanzamientos informados durante el pasado fin de semana igualaron la escalada realizada por Irán el 13 de abril de este año. En esta oportunidad, se reportó el fallecimiento de un soldado de la marina israelí. A pesar de la masividad de la operación orquestada desde el Líbano, no hubo daños a las ubicaciones militares.

El vocero militar israelí Daniel Hagari informó que la Fuerza Aérea logró impactar 270 objetivos, el 90% de ellos provenientes de plataformas lanzacohetes que apuntaban al norte de Israel. Por su parte, Hezbollah comunicó haber cumplido con el objetivo de lanzar una advertencia y amenazó con realizar nuevos ataques en el corto plazo.

Los enfrentamientos tuvieron una nueva etapa con la contraofensiva “preventiva” israelí sobre depósitos de misiles y lanzaderas que podrían haber conformado una nueva fase de ataques desde territorio libanés. Las incursiones aéreos tampoco tuvieron mayores consecuencias, más allá de la muerte de tres combatientes ligados a Hezbollah.

Sin avances en las negociaciones en El Cairo

Tras los nuevos enfrentamientos entre Israel y Hezbollah, el domingo 25 de agosto finalizaron sin novedades  las negociaciones de paz entre el equipo israelí y el grupo terrorista Hamás, que cuenta con la intermediación de Estados Unidos, Qatar y Egipto.

Ambos bandos negocian en El Cairo sobre la base propuesta por el presidente estadounidense Joe Biden. Washington plantea un alto el fuego de efecto inmediato, en las cuales las fuerzas israelíes abandonarían progresivamente Gaza, mientras Hamás se comprometería a garantizar el retorno a salvo de los rehenes. 

La segunda y tercera fase traerían consigo el aumento de la ayuda humanitaria a miles de personas sin hogar ni acceso a servicios básicos y un proyecto de reconstrucción de las ciudades devastadas tras casi un año de conflicto.

Uno de los puntos que obstaculizan el acuerdo final entre las partes es la intención de Israel de permanecer en el Eje de Filadelfia, que separa la Franja de Gaza de la frontera con Egipto, y en el Eje de Netzarim, que divide el enclave palestino por la mitad al sur de Gaza y conecta la frontera israelí con el Mar Mediterráneo.

Otra discrepancia es en el tiempo que transcurrirá entre el comienzo del alto el fuego y la liberación de los 109 rehenes que están en manos de Hamás desde el 7 de octubre de 2023, de los cuales 73 estarían con vida, según estimaciones de la Oficina de Prensa del Gobierno israelí.

Israel busca que el retorno de los secuestrados se realice lo antes posible para evitar una reorganización del grupo terrorista durante el período de paz y cumplir con la promesa que mantiene el presidente Benjamin Netanyahu con la sociedad.

La importancia del alto el fuego para Medio Oriente

Las partes involucradas en el conflicto coinciden en que la paz entre Israel y Hamás se extendería al resto de Medio Oriente. Las recientes comunicaciones de Hezbollah e Irán indicaron la decisión de cesar con las hostilidades una vez se detengan los enfrentamientos en Franja de Gaza, pero no antes.

Ambos aliados del grupo terrorista palestino forman parte de una red de apoyo contra las fuerzas israelíes y de su supervivencia depende la paz o la continuidad y el recrudecimiento de la guerra. 

De momento, las negociaciones parecen estancadas y no se ve una salida en el corto plazo, a pesar del optimismo del gobierno estadounidense y de la participación de los dos bandos del conflicto, que está cerca de cumplir un año.