La declaración ocurre horas antes de la protesta de varios gremios contra el veto que el Gobierno ha prometido sobre la reforma jubilatoria.
El vocero de la presidencia de Argentina, Manuel Adorni, celebró este miércoles el hecho de que el país lleva al menos cuatro meses sin “piquetes”, es decir, sin cortes de vías como estrategia de protesta social, debido a la aplicación de un polémico protocolo que criminaliza esas prácticas.
“Este es el resultado de hacer cumplir la ley y de entender que en un país serio solo cabe una premisa: dentro de la ley todo, fuera de la ley, nada“, aseveró Adorni en su acostumbrada conferencia de prensa matutina.
El protocolo ‘antipiquetes’ fue una de las primeras iniciativas del Gobierno de Javier Milei. En diciembre del año pasado, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, presentó la ley que impide los cortes de vía y que, además de autorizar la actuación policial para disolver manifestaciones, contempla duras sanciones económicas a los convocantes.
En esa línea, Adorni presumió que el último “piquete” había sido en abril pasado, cuando el Polo Obrero intentó cortar la avenida 9 de Julio y avanzar hasta el Ministerio de Capital Humano, en protestas por los duros recortes del Gobierno que han disparado la pobreza. “La manifestación fue dispersada en menos de una hora por las fuerzas policiales”, se ufanó el vocero.
“Es bueno recordar que los que gobernaron los últimos 20 años se declararon siempre y demostraron ser absolutamente incompetentes para resolver este problema, así que el Gobierno de Javier Milei tomó la decisión de terminar con los piquetes, sin negociar con nadie“, aseveró el funcionario.
Del mismo modo, celebró el hecho de que dirigentes sociales hayan desistido de los intentos de hacer piquetes, como medida de protesta popular, por miedo a ser detenidos: “Efectivamente es así, quien corte la calle, va preso”, dijo.
Las declaraciones del vocero ocurren el mismo día en que varios gremios de trabajadores jubilados de Argentina tienen previsto manifestarse contra Milei, por el veto que ha prometido a la Ley de Movilidad Jubilatoria, aprobada la semana pasada por el Senado.
La protesta convocada por los jubilados comenzará a las 3:00 de la tarde, hora local, con una concentración que se hará frente al anexo del Congreso argentino en Buenos Aires, la capital del país, donde semana tras semana suelen manifestarse. Un par de horas después, a partir de las 5:00 de la tarde, comenzarán a marchar hacia la Plaza de Mayo, según informan medios locales.
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