Una supuesta monja de una congregación no reconocida fue acusada por la Fiscalía por trata de persona y ya se solicitó juicio oral. La investigación demostró que la “religiosa” obligaba a una adolescente a realizar trabajos forzados, la golpeaba con cables, espátulas y con la mano y la mantenía incomunicada de su madre. La captó bajo la promesa de convertirla en novicia.
La fiscal Vivian Coronel confirmó esta mañana que presentó acusación contra Olga Bogado Cubas (33) por trata de personas con la modalidad de trabajo forzoso y servidumbre, una forma de esclavitud. Se solicitó al Juzgado Penal de Garantías, a cargo del magistrado Amílcar Marecos, elevar la causa a juicio oral. En el caso también está imputada Rufina Salinas Acuña, quien, por ahora, no está acusada.
La historia comenzó el 27 de marzo del 2023, en el barrio Molino de Luque, dentro de un lugar denominado Casa de la reina de la paz, donde Olga Cubas acogió a la víctima, bajo la falsa promesa de iniciar su formación y convertirla en novicia. El gancho inicial estuvo a cargo de Rufina Salinas, quien convenció a la adolescente de tomar este camino y primero la recibió en Minga Guazú, en la supuesta congregación, Nuestra señora de Caacupé, situada en el Km 14 de esa ciudad.
De ahí fueron hasta Luque, a Casa de la reina paz, para concretar el sueño de convertirse en monja. A partir de allí comenzó el infierno desde las manos de quienes dicen representar a Dios. La menor era sometida a un régimen de servidumbre y aquí, todo corrió por cuenta de Olga Bogado, quien, según la pesquisa fiscal, abofeteaba a la víctima, la golpeaba en la nuca constantemente y la castigaba con una espátula y un cable de acero.
Además, cuando no le gustaba su trabajo, la obligaba a besar el suelo 100 veces, le arrojaba basura sobre la cabeza y sucios trapos de cocina que debía lavar hasta la madrugada, dejándole los dedos irritados de tanto fregar.
La adolescente era obligada a dormir muy tarde y a levantarse a las 4:00 de la madrugada para comenzar a cumplir todas las tareas domésticas: cocinar a leña, limpiar, salir a vender tortas y a pedir limosnas.
La que daba todas las órdenes era Olga cubas, quien, a más de todo este horror, también se apropió de los documentos de la víctima y le impidió todo contacto con su madre.
Luego de estos meses de terror, Cubas llevó a la víctima de regreso a Minga Guazú, donde la dejó a cargo de Rufina Salinas, quien la abandonó frente a su casa, pero bajo amenazas de que algo malo le pasaría si contaba lo sucedido y obligándola a decir que la trataron bien.
Afortunadamente, la víctima se animó a hablar y relató a su madre todo lo acontecido, a partir de lo cual inició la investigación en la Unidad Especializada en Hechos Punibles contra Niños y Adolescentes, que derivó en la detención de Bogado el 17 de abril pasado y de Salinas, unos días después.
“Esta jovencita fue sometida a severos maltratos físicos y psicológicos, es un tipo de servidumbre y de esclavitud”, contó la fiscal Coronel, en una entrevista con la emisora 1020 AM.
Adelantó que esta mujer se expone a 20 años de cárcel, con la sumatoria de los hechos agravantes del caso. Durante la investigación, ante la consulta realizada a la Diócesis de Alto Paraná, se recibió la respuesta de que estas personas no pertenecen a ninguna congregación reconocida, pese a lo cual, utilizaban los hábitos.
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