Contraloría encontró que podría haber un detrimento patrimonial por 2.318 millones de pesos.
Foto tomada de: Defensa.com
El centro de la discusión se da por la compra de 52 visores nocturnos el 28 de octubre del 2017, por medio de la Agencia de Compras de la Fuerza Aérea (Acofa). Los visores nocturnos no son de uso militar, por el contrario son empleados para deportes extremos, como alpinismo, cacería entre otros. Por ende se estableció que habría una pérdida de recursos por parte del Ejército.
En este orden de ideas, el hallazgo por parte de la Contraloría tendría una sanción disciplinaria y proceso fiscal. De acuerdo con la investigación, el Ejército en esta compra tuvo una gestión ineficaz e ineficiente, tanto en la toma de decisiones cómo en la gestión de recepción y supervisión de los equipos. A esto la Contraloría afirma “no satisfacen ni van a satisfacer la necesidad para la cual fueron adquiridos: ser usados por las Unidades de Fuerzas Especiales del Ejército colombiano en operaciones militares”.
Es de resaltar, una vez que los equipos fueron recibidos se evidenció que estos no cumplían con las características que se necesitan para operaciones especiales. Por ende, se devolvieron por garantía. En octubre del 2018 llegaron nuevamente los equipos y en el acta se consignó que estos nuevos implementos militares eran aptos para el servicio sin tener en cuenta que tampoco cumplían con los especificaciones. Sin embargo el Ejército comunicó que se abrió expediente disciplinario por las claras irregularidades en el contrato 035-ACOFA-EJC-2017. Pese a esto la Contraloría decidió trasladar el expediente a la Procuraduría.
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