Imagen @UBPDcolombia
El pequeño corregimiento de Varas Blancas, en el municipio de La Paz, al norte del Cesar, volvió a abrazar a uno de sus hijos después de casi dos décadas de espera. El cuerpo de Víctor Hugo, desaparecido en junio de 2006 en la vereda de Manaure Balcón en hechos vinculados al conflicto armado, finalmente reposa en el lugar que lo vio nacer hace 48 años.
La desgarradora espera de su familia llegó a su fin gracias a la labor conjunta de la Fiscalía General de la Nación y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD). El emotivo retorno de Víctor Hugo se selló con una ceremonia solemne, donde su cuerpo, acompañado por un arreglo floral y mensajes de sus seres queridos, fue recibido por la comunidad que nunca dejó de buscarlo.
En una conversación con los investigadores de la UBPD, los familiares de Víctor Hugo relataron con dolor la mañana de junio de 2006 cuando salió de casa y nunca más volvió. Esa misma zozobra que les robó el sueño durante 240 meses finalmente se disipó con la entrega digna de sus restos. “Es un alivio grande en medio del dolor. Hoy nos entregan a Víctor y podemos hablarle aunque no nos escuche. Ahora nuestras oraciones a Dios son de gratitud porque pudimos hacerle un entierro con dignidad”, expresó un familiar visiblemente conmovido.
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El proceso de recuperación e identificación, adelantado por el Grupo de Trabajo de Búsqueda, Identificación y Entrega de Personas Desaparecidas (GRUBE) de la Fiscalía, permitió que Víctor Hugo regresara a su comunidad. En Varas Blancas, se llevaron a cabo rituales propios y actividades de memoria, donde familiares y amigos le dieron el último adiós, reafirmando el amor y la dignidad en cada paso del funeral.
El impacto de la desaparición de Víctor Hugo trasciende los lazos de sangre, pues la comunidad entera participó en la entrega digna. Personas que, aunque no compartían consanguinidad, tenían vínculos profundos con él y evidenciaron su dolor en el proceso de búsqueda. Este hecho demuestra que la pérdida de un ser querido no discrimina y afecta a todos aquellos que compartieron su vida.
El corregimiento de Varas Blancas se encuentra a 27 kilómetros de la vereda Los Planos, área rural de Manaure Balcón, lugar donde Víctor Hugo fue visto por última vez. La geografía de estas poblaciones, incrustadas en las estribaciones de la Serranía del Perijá, las convirtió en blanco de los grupos armados, marcando sus historias con el infortunio del conflicto armado.
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Víctor Hugo, conocido por su espíritu servicial, no pudo escapar del oscuro manto de violencia que cubrió la región. Su desaparición se suma a las 4.200 registradas en el Cesar. La investigación humanitaria y extrajudicial del caso de Víctor estuvo asociada al Plan Regional de Búsqueda Norte del Cesar – Sur de La Guajira, el cual cuenta con 368 solicitudes de búsqueda activas.
La comunidad de Varas Blancas, junto con las instituciones de búsqueda, lograron devolverle la dignidad a Víctor Hugo, cuyo cuerpo ahora descansa bajo el mismo cielo que lo vio nacer y crecer. Este acto de justicia y memoria reafirma el compromiso de no olvidar a los desaparecidos y de continuar luchando por la verdad y la reconciliación en Colombia.
carloscastaneda@prensamercosur.org
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