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Mié. Ago 21st, 2024
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Papo Lucca sonríe, y nos disculpa. Casi nadie por estos predios sabe quien es Luisito Benjamín. Y se dispone a compartir la historia, pues al fin podría contarla para que se supiera de ese personaje.

En una entrevista exclusiva concedida en Caracas, el director de la Sonora Ponceña de Puerto Rico, Enrique Papo Lucca hablando del personaje central de este trabajo, declaró: “Yo lo descubrí personalmente en 1964, y el impacto que generó en mí fue determinante para lo que yo haría después con la Sonora Ponceña. Era pianista, como yo, con infancia inconclusa como yo, infancia inconclusa como la de Lilí Martínez en Cuba, pianista también”. Se refería Papo Lucca a Luisito Benjamín, inmenso músico puertorriqueño, prácticamente desconocido por el grueso de melómanos del Caribe, siendo un valor con aportes, como se va a mostrar desempolvando la historia de este pianista de Borinquen.

Tres pianos

Conocimos en La Habana, e inclusive entrevistamos in extenso a Luis Martínez Griñán, “Lilí” Martínez, y de él había amplias referencias por su trabajo con Arsenio Rodríguez, con Félix Chapottín y Miguelito Cuní, con su revolución en el campo del Son Montuno.( https://www.telesurtv.net/telesuragenda/lili-martinez-montuno-chopin-20210919-0019.html=

No teniamos referencias de Luisito Benjamín, ese pianista boricua mencionado por Papo Lucca y además señalado como uno de sus Maestros, Guía en su profesión y en su accionar.

Papo Lucca adelantó bastantes datos en la conversación sostenida en Caracas, al tiempo que  nos solicitaba que le habláramos de Lilí Martínez, a quien buscó mucho sin poder encontrar durante el viaje que hizo a Cuba con Las Estrellas de Fania. Pidió que le contara del encuentro con su cubano Maestro en la distancia. Preguntó desde cómo era la apariencia física y su hogar hasta cómo era su estado de ánimo. Papo Lucca no lo pudo conocer cuando fue a Cuba, y miren que lo buscó. Cuando le dijimos que la referencia pianística del guantanamero Luis Martínez Griñán era Federico Chopin su rostro delató la comprensión que ahora llegaba a su vida. Si Lilí fue su referencia (la de Papo Lucca) y la referencia de Lilí fue Chopin, Papo era depositario asimismo de esa dulzura que, ahora se entiende, se le cuela entre  los dedos y la nostalgia.

Entonces habló de sus incontables horas escuchando los discos de Arsenio y Chappotín para deleitarse detallando ese piano mágico de Lilí Martínez, sus tumbaos soneros y sus tremendas figuraciones melódicas. Contó cómo en una suerte de homenaje silencioso, de por vida, ha tomado temas de esas agrupaciones para tocarlos como Lilí los tocaba, con poesía de dedos, proverbial, única. Saber lo de Chopin le acerca mas a la comprensión de su propia obra, la de él, la del Lucca Junior.

Lilí Martínez

El sorprendente Benjamín

Le toca el turno a Luisito Benjamín. Papo Lucca sonríe, y nos disculpa. Casi nadie por estos predios sabe quien es Luisito Benjamín. Y se dispone a compartir la historia, pues al fin podría contarla para que se supiera de ese personaje tan tras bastidores como lo estuvo Lilí Martínez en su momento.

Contó entonces que Luisito Benjamín era de Ponce, como él, y era pianista. Papo Lucca refiere que lo conoció en el bar del hotel Intercontinental de Ponce y confiesa Lucca Junior que fueron muchos años yendo a verle de noche porque, dijo, estaba hechizado por el poder de la mano izquierda de Luisito Benjamín ante el piano. Dijo que no había conocido otra mano izquierda como la de aquél ponceño, y sabemos del abanico de pianistas a los que ha estudiado o con los que se ha codeado Papo Lucca:

Ricardo Ray, Eddie y Charlie Palmieri, Chick Corea, Oscar Petterson, Larry Harlow, Emiliano Salvador, Jorge Dalto, Gonzalito Rubalcaba, Chucho Valdés, Rubén González… A todos los ha estudiado y a todos admira. Pero su otra gran referencia al lado de Lilí Martínez es Luisito Benjamín.

Papo Lucca refirió que a Luisito Benjamín parecía no importarle la fama y eso que hizo aportes sustanciales al panorama musical puertorriqueño. “Todo en él era buscar cada vez un mejor desempeño ante el teclado, escudriñándolo, estudiándolo, y pudiéramos decir que acariciándolo”

De hecho, hay testimonios en cuanto a que Benjamín solía reclamar delicadeza para el piano cuando  se desató esa cierta agresividad salsera sobre el teclado.

Esa delicadeza frente al piano llevó a Luisito Benjamín a dar matices especiales a aires y temas boricuas y caribeños. Era un especial seguidor de la obra de Rafael Hernández. Hay que acotar que el gran Maestro de Luisito fue su padre, Adrián Benjamín, quien fue trombonista, violinista… y pianista.

Rumba Rumbero. Al piano Luisito Benjamín

Nació en un día bastante marcado en la música del Caribe por el ascendente sincrético que trae consigo. Nació el 4 de diciembre de 1922, día de Santa Bárbara o de Shangó, el conductor de los músicos, según los Yoruba africanos. Fue el primer hijo y fue bautizado como Luis Adrián Benjamín Laverne. Nació en Yabucoa, en el extremo sur este de Puerto Rico, prácticamente mirando hacia Vieques,  isla de resistencias boricuas.

Cuando Papo Lucca refiere que Lilí Martínez, Luisito Benjamín y él no tuvieron infancia normal, decía algo cierto. En el caso de Lilí Martínez, desde muy pequeño en su natal Guantánamo, Cuba estuvo dedicado al estudio del piano, sobre todo de los clásicos de este instrumento. Y en el caso del propio Papo Lucca, ya a los seis años estaba dentro de la orquesta de su padre, Enrique Kike Lucca, fundador de la Sonora Ponceña, y estaba frente al piano. Lo mismo pasó con Luisito Benjamín a quien su padre inició desde muy niño en la música restando tiempo a la natural infancia del primogénito. Y no solo era el piano: también el saxofón.

Militante del estilo melódico

Cuando contaba con 18 años, en 1940 le tocó prestar servicio militar y  ese tiempo le sirvió para afinarse en la música y en el mundo de los arreglos pues estaba en un grupo notable en el ejército. Regresó a Puerto Rico en 1944 y ya no paró más. Hizo viajes a Nueva York y fue invitado a tocar con Xavier Cugat, con Noro Morales, con Frank Grillo Machito. Se hizo muy amigo de Noro Morales y lo sustituyó unas cuantas veces al piano.

Quien lo empujó definitivamente al teclado, alejándolo del saxofón fue el trompetista César Concepción, quien había tomado nota de sus habilidades en el teclado y lo integró a la orquesta que estaba formando. Era 1947. Dos años después, durante unas presentaciones en Puerto Rico, los cubanos Miguelito Valdés (Míster Babalú) y Anselmo Sacasas, extraordinario pianista durante un buen tiempo de la orquesta Casino de la Playa, notaron las aptitudes de Benjamín y lo contrataron para que siguiera con ellos a Uruguay, México y Estados Unidos.

De vuelta a Puerto Rico en 1950 continuó trabajando con César Concepción hasta 1954  cuando se integró como cofundador a la experiencia cooperativa de la Orquesta Panamericana de Lito Peña, donde también estuvo Ismael Rivera. Maelo hizo famoso el tema “El Charlatán”, una Plena de Antonio Romero con el arreglo  y el piano de Luisito Benjamín, quien ya se había fogueado con el sentido plenero en la orquesta de César Concepción.

El Charlatán

Siempre en Borinquen

Luisito Benjamín conformó un trío de piano, timbal y bajo y le fue muy bien en diversos locales nocturnos y haciéndose asiduo como invitado a diversos programas de televisión en su país, algo que le gustaba mucho. Fue asiduo acompañante de Bobby Capó y de Ruth Fernández. También acompañó a famosos que visitaban la isla y les gustaba que Benjamín estuviera con ellos por su particular estilo de ejecución. Lucho Gatica, Marco Antonio Muñiz y hasta Tom Jones fueron ejemplos.

Hacia 1960 amplió el trío y lo llevó a combo cuando agregó vibráfono y percusión menor. Con ese combo grabó un álbum memorable en el que inclusive coquetea con el jazz, libremente.

María Cervantes

Decidido a  quedarse en Puerto Rico, Luisito Benjamín se afianzó en determinados clubes nocturnos de prestigio en su país. Es en esta etapa, en 1964 cuando Enrique Papo Lucca lo conoce personalmente y se convierte en su incondicional  discípulo.

Con el tiempo Luisito Benjamín estudió astrología y se hizo consultor televisivo en esa rama del conocimiento, al tiempo que se presentaba junto a su grupo musical. Fue toda una novedad en Puerto Rico.

Y llegó el final

En 1986 le diagnosticaron cáncer pulmonar. Fumaba mucho. En ese momento tomó la decisión de irse a vivir a Vieques, la isla boricua que está visible desde el pueblo donde él nació, Yabucoa. Este detalle lo aportó el hijo mayor del músico, Luis Adrián Benjamín Velásquez.

Bella Mujer

Quería correr y sentirse libre como no pudo serlo en su infancia y por eso escogió Vieques, declaró su hijo, pero la contaminación ocasionada por la Marina de Estados Unidos agravó su situación y falleció en Vieques el 13 de julio de 1988, a los 65 años de edad.

Nunca buscó la fama, pero los pueblos no deben permitir la invisibilización de personajes valiosos y generosos, como es este caso de Luisito Benjamín.

Lilí Martínez, de Guantánamo fue un Grande por si mismo pero estuvo bastante escondido detrás de la figura de Arsenio Rodríguez. Luisito Benjamín fue sacudido del olvido gracias a Pappo Lucca. Tenemos completa la cadena del eslabón pianístico del director de La Sonora Ponceña.

El Caribe sigue ahí, soltando prendas y buscando historias para hacer emerger la verdad y mecerla en sus aguas de sueños y ritmos.

El Caribe sigue ahí…

Jesús Gómez
Fuente de esta noticia: https://www.telesurtv.net/pianos-desempolvando-a-luisito-benjamin/

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