El plan establece tres ejes para la intervención dentro de las áreas afectadas por incendios forestales.
Un millón de dólares serán utilizados para la puesta en marcha del Plan de Restauración Ecosistémica del Distrito Metropolitano de Quito, que arrancará en el inicio de la época lluviosa.
Este plan no solo incluye la recuperación de las áreas afectadas, sino también la restauración, reforestación y reasignación de otros espacios, detalla el cabildo capitalino.
El plan establece tres ejes para la intervención dentro de las áreas afectadas por incendios forestales.
- Reforestación con especies nativas en las franjas de protección de ríos y quebradas y en las zonas de afectación donde sea factible reforestar con especies nativas.
- Protección y cercado de las zonas identificadas como sensibles o de importancia ecosistémica limitando el acceso a ojos de agua, fuentes de agua, encañonados de ríos. Esta actividad se realizará de manera conjunta con la ciudadanía a través de mingas.
- Dispersión de semillas nativas a través de un dron forestal, sobre todo en zonas que son de difícil acceso donde la reforestación se hace casi imposible, para así ayudar a la naturaleza acelerando los procesos de restauración.
“Los procesos de restauración de forma natural pueden durar hasta cien años; depende de los ecosistemas que fueron afectados. A través de la dispersión de semillas lo que hacemos no es solo poner semillas forestales, sino arbustivas y herbáceas”, señaló Sebastián Pillajo, jefe de la Unidad de Patrimonio Natural de la Secretaría del Ambiente.
Agregó que las primeras que van a germinar van a ser las herbáceas, luego las arbustivas y finalmente las forestales, que es prácticamente el mismo procedimiento que tiene la naturaleza dentro de sus procesos de regeneración natural. Mediante esta acción se reduciría en un 50 % el tiempo de restauración de las zonas afectadas.
El objetivo de estas acciones es apoyar a los servicios sistémicos, respetando todos los ciclos normales de la naturaleza. Un proceso que se inicia con la recuperación de la cobertura vegetal y, con ello, se activan todos los ciclos biológicos, hidrológicos y, sobre todo, el suelo, que es el soporte de vida de un ecosistema, resalta Pillajo.
En la época seca se trabaja en dar a conocer los efectos negativos y afectaciones al patrimonio natural. Se trabaja de forma conjunta con Bomberos, administraciones zonales, Secretaría de Coordinación Territorial y Salud, la UBA sensibilizando, concientizando y, sobre todo, empoderando a los habitantes de Quito en el cuidado al patrimonio natural. (I)
eluniverso.com
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