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Cada 15 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Mujer Rural, una fecha establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas para reconocer la labor de las mujeres que habitan y trabajan en las zonas rurales del mundo. Estas mujeres representan una tercera parte de la población mundial, y en Colombia, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), más de 5,9 millones de mujeres viven en áreas rurales, donde enfrentan grandes retos para acceder a recursos que son esenciales para su bienestar y el de sus comunidades, tales como créditos productivos, educación y asistencia técnica.
La situación de las mujeres rurales es fundamental para el desarrollo sostenible del país, sobre todo en áreas como la seguridad alimentaria y la generación de ingresos. Un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que si se lograra la igualdad de género en la agricultura, se podría eliminar el hambre de 45 millones de personas en todo el mundo. Este dato refleja el enorme potencial que tienen las mujeres rurales para impulsar el desarrollo agrícola, mejorar la seguridad alimentaria y combatir la pobreza.
En Colombia, uno de los actores clave que está contribuyendo a cerrar las brechas que enfrentan las mujeres rurales es Bancamía, entidad de la Fundación Microfinanzas BBVA. Con motivo del Día Internacional de la Mujer Rural, Bancamía resalta su compromiso con el acompañamiento y empoderamiento de más de 271.000 mujeres que habitan en zonas rurales del país. Estas mujeres, muchas de ellas madres cabeza de familia (29% de la clientela rural), se dedican principalmente a actividades como la cría de ganado, el cultivo de café y la atención de pequeños comercios, desempeñando un papel crucial en el sostenimiento de sus hogares y comunidades.
Para apoyar a estas mujeres, Bancamía ofrece una combinación de herramientas financieras y no financieras. La entidad proporciona acceso a productos como créditos, cuentas de ahorro, seguros y microseguros. Además, impulsa programas de educación financiera, tecnológica y de empoderamiento empresarial, diseñados para que estas mujeres desarrollen habilidades clave que les permitan hacer crecer sus emprendimientos y mejorar su calidad de vida.
El impacto de estos esfuerzos es palpable en historias como la de Sonia Evangelista Medina, una agricultora y artesana originaria de Inírida, en la Amazonía colombiana. Sonia ha dedicado su vida al trabajo de la tierra, cultivando piñas, ají, yuca dulce y yuca amarga, productos que comercializa tanto en Inírida como en poblaciones cercanas a través de los ríos de la región. Sin embargo, fue con el acompañamiento de Bancamía que pudo acceder a su primer crédito, lo que le permitió invertir más en sus cultivos y expandir su producción. Hoy en día, gracias a un segundo préstamo, Sonia ha logrado sembrar 3.000 plantas de ají y proyecta sembrar plátano y adquirir animales para producir abono. Además de su labor agrícola, Sonia también elabora artesanías con barro y bejucos, actividad que le ha permitido complementar sus ingresos y mantener viva la tradición cultural de su comunidad indígena.
El trabajo de Bancamía en pro de las mujeres rurales no se limita solo a ofrecer productos financieros. La entidad ha desarrollado iniciativas como Empropaz (Emprendimientos Productivos para la Paz) y Ruta Findeq (Finanzas Digitales para la Equidad), en alianza con USAID, las cuales han impactado municipios PDET (Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial) afectados por el conflicto armado y la pobreza. Estas iniciativas buscan fortalecer las capacidades empresariales y digitales de las mujeres rurales, brindándoles las herramientas necesarias para aprovechar las oportunidades del mundo digital y superar las barreras que históricamente han limitado su crecimiento.
Además, Bancamía ha lanzado un portafolio de microseguros enfocados en las necesidades específicas de las mujeres rurales, como Mi Maternidad Protegida, que ofrece protección en casos de complicaciones durante el embarazo, y otros productos que cubren enfermedades graves, afectaciones climáticas y pérdidas en sus actividades pecuarias. Estos seguros brindan una red de apoyo fundamental para que las mujeres puedan enfrentar los riesgos inherentes a la vida rural y continuar con sus actividades productivas sin interrupciones significativas.
Para Viviana Araque Mendoza, presidenta de Bancamía, el trabajo con las mujeres rurales es esencial para el desarrollo sostenible del país. “Todo esto lo hacemos pensando en fortalecer sus negocios, mejorar sus habilidades tanto financieras como productivas y personales, en un contexto clave de sostenibilidad ambiental que les permita vivir de la tierra, generando equilibrio productivo y crecimiento económico”, afirma Araque. Esta visión resalta la importancia de vincular el empoderamiento económico de las mujeres rurales con la protección del medio ambiente, ya que ellas son también guardianas de los recursos naturales que sostienen sus comunidades.
La conmemoración del Día Internacional de la Mujer Rural nos recuerda la importancia de seguir impulsando políticas y programas que les permitan a las mujeres rurales acceder a los recursos y oportunidades que necesitan para prosperar. En un país como Colombia, donde las desigualdades sociales y económicas siguen marcando la vida de millones de personas, el apoyo a las mujeres rurales no solo es una cuestión de justicia, sino también una apuesta estratégica por un futuro más equitativo y sostenible para todos.
carloscastaneda@prensamercosur.org
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