El trabajo infantil en Brasil cae un 14,6%

El número de niños y adolescentes de 5 a 17 años en situación de trabajo infantil llegó a 1,607 millones en 2023, según datos de la Encuesta Nacional por Muestra de Domicilios, divulgados el viernes (18). La cifra es un 14,6% inferior a la registrada en 2022 (1,881 millones) y la más baja de la serie histórica de la encuesta, que comenzó en 2016.

El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), coordinador de la encuesta, define el trabajo infantil como un trabajo considerado peligroso y perjudicial para la salud y el desarrollo mental, físico, social o moral de los niños y que interfiere en su escolarización. La legislación brasileña prohíbe trabajar a los menores de 13 años en cualquier circunstancia.

Los adolescentes de 14 y 15 años sólo pueden trabajar como aprendices. Los de 16 y 17 años, en cambio, pueden trabajar, pero no en trabajos insalubres, peligrosos o nocturnos. Cualquier situación que se desvíe de estas normas se considera trabajo infantil.

Según el IBGE, de 2016 a 2019, el trabajo infantil se redujo cada año, pasando de 2,112 millones en el primer año de la serie histórica a 1,758 millones en 2019.

Después de dos años sin realizar encuestas debido a la pandemia de covid-19, el IBGE encontró que en 2022 el indicador había subido por primera vez (7% en comparación con 2019).

El investigador del IBGE Gustavo Fontes dijo que la pandemia puede haber influido en el aumento, pero sin los datos de 2020 y 2021, es difícil hacer una correlación entre la pandemia de covid-19 y el empeoramiento de los datos en 2022.

En 2023, la cifra volvió a mejorar debido a factores como la mejora de los ingresos de los hogares.

“El año 2023 fue muy favorable para el mercado laboral. Hubo un aumento significativo de la renta per cápita de los hogares. También hubo un aumento significativo de la renta media y del número total de hogares cubiertos por Bolsa Família [programa de transferencia directa de ingresos]. También puede haber efectos de las políticas públicas dirigidas a este objetivo de eliminar el trabajo infantil”, dijo Fontes.

Trabajo peligroso

La encuesta del IBGE también reveló que, de los 1,6 millones de niños y adolescentes en situación de trabajo infantil, 586 mil realizaban actividades con riesgos para la salud o la seguridad. En este caso, hubo una caída del 22,5% en comparación con 2022 (756 mil).

Entre las víctimas en esta situación el año pasado, 84 mil tenían entre 5 y 13 años y 153 mil entre 14 y 15 años. Las otras 349 mil tenían entre 16 y 17 años. Según el IBGE, la mayoría eran hombres (76,4%) y negros o morenos (67,5%).

Tiempo dedicado

Según la encuesta, el 20,6% de los niños y adolescentes involucrados en trabajo infantil estaban sometidos a esta situación durante 40 horas o más a la semana. El mayor porcentaje se registró en el grupo de mayor edad (16 y 17 años): 31,1%.

Entre los jóvenes de 14 y 15 años, esta cifra alcanzó el 14,1% y entre los más jóvenes (de 5 a 13 años) la tasa fue del 0,4%.

Entre los niños de 5 a 13 años, el IBGE constató que el trabajo infantil no comprometía la asistencia escolar, ya que los sometidos a este tipo de actividad tenían una tasa de asistencia del 99,6%, superior a la media de esta población (99%).

“Sin embargo, se observa que a medida que los niños crecen, su asistencia escolar se vuelve más comprometida”, subraya Fontes.

Ingresos

Algunos de los niños y adolescentes en situación de trabajo infantil trabajan en comercio y reparación de vehículos (26,7%) o en agricultura, ganadería, silvicultura, pesca y acuicultura (21,6%).

La renta media mensual de los niños y adolescentes en situación de trabajo infantil era de R$ 771, inferior a la media de los trabajadores de ese grupo de edad que no estaban en esa situación (R$ 1.074). En el caso de los sometidos a trabajo infantil peligroso, el ingreso medio era aún más bajo (R$ 735).