Según una encuesta realizada por la empresa Cifra, el 58% rechaza la iniciativa del gobierno de Mujica.
Luego de varios meses de negociaciones, aún sigue en vilo la llegada de prisioneros de Guantánamo a Uruguay. Mientras tanto, en la población uruguaya creció el rechazo a esta iniciativa del presidente José Mujica. Según datos revelados por la empresa Cifra, el 58 por ciento de los uruguayos se opone a esta medida. Un ocho por ciento más con respecto a las cifras de abril
El 40 por ciento, en tanto, opina que la decisión debería corresponder al Parlamento. El 16 por ciento, en cambio, sostiene que el mandatario en solitario es quien debe decidir, y el 12 señala que el jefe de Estado tiene que consultar con sus ministros. Por su parte, el 15 por ciento considera que el tema debe dirimirse a través de una consulta popular.
“El gobierno y el presidente Mujica en particular, han explicado pocos detalles y con la información disponible la actitud de la mayoría de los uruguayos no es favorable”, señala Cifra. Y agrega: “La demanda de la gente de que la decisión no sea exclusiva del Ejecutivo probablemente está vinculada, al menos en parte, a una demanda de más información”.
A menos de un mes de las elecciones presidenciales, las preferencias electorales también se hacen sentir a la hora de opinar sobre la llegada de los prisioneros de Guantánamo.
De acuerdo a los datos arrojados por la encuesta, solo el 36 por ciento de los frentistas encuestados rechaza la iniciativa. Registro que se incremente sensiblemente entre los nacionalistas y colorados, con una negativa del 82 y 80 por ciento, respectivamente. A su vez, el 57 por ciento de los indecisos también se opone.
En términos de apoyo, entre los partidarios al Frente Amplio el 40 por ciento ve con buenos ojos el gesto del gobierno de Mujica. Apenas un ocho por ciento de blancos y un diez de los colorados siguen la misma línea. Entre los indecisos, la adhesión escala tan sólo a un 12 por ciento.
Acuerdo sin precisiones
El gobierno uruguayo aún no ha detallado cuándo ni en qué condiciones jurídicas llegarán los seis prisioneros –cuatro sirios, un tunecino y un palestino- de la prisión de Guantánamo.
“No hay ningún acuerdo escrito, ni nada por el estilo”, señaló el presidente Mujica a El País. “Hay una ley de refugiados en el Uruguay y hay más de 200 refugiados hace años, pero como son colombianos, nadie se preocupa. Medio país vino disparando de algún lado y, bueno, formaron este país, ahora dicen ay, vienen unos tipos y nos asustamos. Como si fuéramos descendientes de charrúas”, añadió el mandatario.
El jefe de Estado uruguayo se limitó a determinar que será él quien tomará la decisión final, y dejó entrever que los prisioneros llegarán al país en condición de refugiados.
En los últimos días el ex presidente y candidato en los próximos comicios, Tabaré Vázquez, fue duramente criticado por los opositores Luis Lacalle Pou y Jorge Larrañaga, quien acusó al representante del Frente Amplio de deberle “favores a George W. Bush.
“Respeto enormemente a la ciudadanía uruguaya, a todos los uruguayos, por tanto no voy a entrar en el terreno de los agravios personales (porque) la gente no se merece eso”, señaló Tabaré, en referencia a las críticas.
Acuerdo diplomático
Julissa Reynoso, embajadora de Estados Unidos en Uruguay, señaló que ambos país han llegado a un acuerdo como estados. A través del mismo, el gobierno uruguayo se compromete a recibir a los presos, independientemente del candidato que se imponga en las próximas elecciones.
“El Gobierno no puede ni debe comprometer a nuestro país en resoluciones que son de absoluta competencia de otros Estados y otros sistemas políticos y jurídicos, y por ello debe abstenerse de continuar involucrándose en este asunto, si antes no cumple con los requisitos constitucionales”, fustiga el Partido Nacional por medio de un comunicado.
Lacalle Pou, en tanto, volvió a criticar la iniciativa del presidente José Mujica: “¿Por qué no se van a los Estados Unidos, en vez de a Uruguay (…) El gobierno se ampara en que tiene un secreto y no puede divulgar la identidad de esta gente, Estados Unidos podría albergarlos perfectamente en su país y la respuesta que tiene para no hacerlo es porque el Congreso no los deja y es un problema de los Estados Unidos, no nuestro”.
Infobae
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