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Pastor Gustavo Páez Merchán y su segunda esposa Tatiana Alvear, candidata al Concejo de Bogotá- Imagen Instagram

En el escenario religioso y político colombiano, surge un protagonista controvertido que encarna la contradicción entre la fe y la ambición personal: el pastor Gustavo Páez Merchán, líder del Movimiento Unión Cristiana. A través de su retórica moralizante y citas bíblicas, Páez Merchán se presenta como una guía espiritual, sin embargo, su camino se cruza con la hipocresía y la doble moral.

Este astuto orador, junto a otros predicadores de su clase, se han convertido en hábiles distribuidor de interpretaciones personalizadas de la Biblia y de la divinidad, utilizando estas creencias como base para establecer congregaciones religiosas que evolucionan rápidamente en organizaciones políticas. Con un discurso que promete la felicidad en esta vida y la vida eterna en el más allá, estos pastores han logrado captar la atención y lealtad de un público creciente.

Más allá de su función espiritual, estos líderes religiosos han desarrollado habilidades de recaudación, requerir contribuciones económicas significativas de sus seguidores, quienes a menudo aportan alrededor del 10% de sus ingresos individuales. Estos fondos, en gran medida, son utilizados para respaldar sus aspiraciones políticas y mantener su influencia sobre sus seguidores.

El pastor Páez Merchán no es una excepción en este panorama. Su entrada en el mundo político se dio mediante el Concejo de Bogotá en 2004, con el respaldo del Movimiento Unión Cristiana. Sin embargo, su paso por la política no estuvo exento de controversias, ya que en 2019, el Consejo Nacional Electoral abrió una investigación administrativa en su contra por la presunta administración irregular de recursos durante su campaña a la Cámara de Representantes. Hasta el momento, el estado actual de esta investigación es incierto.

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En 2019 abrieron investigación en CNE al pastor Paez Merchán- Imagen Archivo, Instagram.

A pesar de su traspié político, Páez Merchán sobresaltó su capacidad de adaptación. Su salto hacia el Senado y su alianza con otros líderes religiosos como el pastor Enrique Gómez, vinculado al cuestionado Partido Colombia Viva, refleja la tendencia de los predicadores a influir en el escenario político ya respaldar partidos que les otorguen poder.

El uso de la religión como herramienta de control político y financiero no se limita a Páez Merchán, sino que se ha convertido en una fórmula recurrente. Este fenómeno se refleja en la emergencia de un grupo de senadores cristianos que ocuparon cargos que anteriormente estaban en manos de congresistas envueltos en escándalos de corrupción y parapolítica.

Hoy en día, Páez Merchán sigue siendo una figura destacada. Incluso presenta a su segunda esposa, la abogada Tatiana Alvear, como una continuación de su discurso de campaña anterior. Alvear, respalda la campaña de Rodrigo Lara y está vinculado al grupo político de Germán Vargas Lleras, que también cuenta con figuras políticas destacadas como la familia Char, y se dice que la actual procuradora nacional de Colombia, Margarita Cabello.

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Imagen- Archivo

La intrincada conexión entre religión, política y dinero se revela en la inclusión de su hijo, Gustavo Páez Jr., en el ámbito político como aspirante a edil por la zona de Suba (Norte de Bogotá), respaldado por el partido político muy cuestionado, del expresidente Álvaro Uribe, llamado Centro Democrático.

Este fenómeno se basa en una fórmula aparentemente sencilla pero poderosa: los pastores reclaman la autoridad divina para guiar a sus seguidores, quienes a su vez aportan recursos financieros y votos. Estos recursos entran en el mercado político, desencadenando una dinámica de politización de la religión y uso de la influencia religiosa para multas políticas y personales.

Las cifras son impresionantes: las iglesias cristianas movilizan a millones de personas y generan ingresos que superan el billón de pesos colombianos anualmente. A esto se suma una red de medios, incluyendo espacios en radio y televisión, que amplifica su mensaje. Esta intersección entre religión, dinero y política está comenzando a exhibir su poder en Colombia y podría tener un impacto determinante en el futuro político del país.

La historia del pastor Gustavo Páez Merchán pone de manifiesto la compleja relación entre religión, política y dinero en Colombia. Su habilidad para navegar entre estos alrededores, utilizando la fe como herramienta de control y movilización, revela una dinámica poderosa que requiere una observación crítica y una comprensión profunda para anticipar su influencia en el futuro de la nación.


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