En un giro digno de un episodio de comedia televisiva, la tarde de hoy en el Congreso Nacional fue más entretenida que un espectáculo de circo con los senadores Eduardo Nakayama y Basilio Nuñez en roles estelares. ¿El motivo del conflicto? Nada menos que la juramentación de Alicia Puchetta, pero por supuesto, ¡pongámosle un toque de sarcasmo paraguayo a esta obra maestra de la tragicomedia política!
En un despliegue de destreza actoral que ni el mismísimo Óscar podría reconocer, Nakayama irrumpió en el escenario del Congreso como si estuviera a punto de filmar la versión guaraní de “Misión Imposible”. Claro, porque en la política paraguaya, todo es tan sutil como un asado sin carne.
Nuñez, por otro lado, desenfundó su lengua con la convicción de un vendedor de chipa gritando “¡chipa barrerooo!” en la calle. Su interpretación de “Defensor de la Constitución” merecería un lugar en el Salón de la Fama del Teatro de la Ironía.
Mientras los demás senadores observaban la escena con el mismo nivel de entusiasmo que un paraguayo mirando un partido de fútbol, uno no puede evitar preguntarse si esto es política o simplemente la última entrega de una telenovela que nadie pidió.
En medio de este drama de dimensiones épicas, queda claro que nuestro honorable Senado se ha convertido en un auténtico reality show, donde las juramentaciones son el nuevo TikTok y los debates constitucionales son solo un pretexto para hacer memes más virales que un resfrío en invierno.
Mientras tanto, el resto de los senadores, con expresiones que oscilaban entre el asombro y el desconcierto, demostraron que su capacidad de asombro aún no ha sido completamente anulada por años de política. Algunos incluso sacaron sus teléfonos móviles para grabar la escena, recordándonos que la política moderna no solo se juega en el Senado, sino también en la pantalla de nuestros dispositivos.
En medio de esta comedia de enredos, no podemos dejar de preguntarnos si el Senado se ha convertido en un terreno de juego para parlamentarios TikTokers en busca de la atención del público. ¿Juramentaciones dramáticas? ¡Claro, pero hagámoslas en formato vertical para Instagram! ¿Debates constitucionales? ¡Sí, pero solo si podemos resumirlos en clips de 60 segundos!
Quizás, en lugar de discutir proyectos de ley, deberíamos estar esperando el estreno de la próxima coreografía viral protagonizada por nuestros representantes. ¿Quién necesita debates serios cuando podemos tener desafíos de baile entre comités? Al menos así podríamos justificar las sesiones interminables, ¡como preparación para el próximo concurso de talentos! ¡Ah, la política moderna, donde el Congreso se convierte en un escenario y la legislación se mezcla con las tendencias de las redes sociales! ¡Viva la democracia en formato vertical!
Quizás, en lugar de buscar la aprobación de leyes, nuestros senadores deberían considerar audicionar para un programa de comedia. ¿Por qué no convertir el Congreso en un set de grabación para una sitcom llamada “Los Senadores y sus Desventuras Constitucionales”? ¡El rating estaría por las nubes, y quién sabe, podríamos exportar nuestro peculiar estilo político como un nuevo género de entretenimiento internacional! ¡Viva la política paraguaya, donde la ironía es la moneda de curso legal y el sarcasmo es nuestro segundo idioma!
En un día que bien podría calificarse como el día de la Ironía Nacional, nuestra adorada Albirroja, en un acto de solidaridad nacional, decidió sumarse a la comedia perdiendo en casa ante Colombia rumbo a las eliminatorias 2026. El parlamento, que había sido testigo de gritos políticos por la mañana, se transformó en un escenario de suspiros y exclamaciones de ‘¡Adelante, Albirroja!’ en la la noche del martes. En las gradas, que aún resonaban con el eco de la melodía triste de los cánticos de la hinchada.
Y así, Paraguay, en un día digno de un guion de alguna serie de Netflix, nos recordó que en esta tierra, hasta el fútbol se une al show del día. ¿Juramentaciones tumultuosas en el Senado? ¡Hecho! ¿Albirroja perdiendo en casa? ¡Por supuesto! ¡Qué día para ser paraguayo, donde la risa y la ironía son la mejor terapia para sobrellevar los vaivenes de la política y el deporte! Ah, Paraguay, donde hasta las derrotas futbolísticas se disfrutan con un toque de jopara y una ronda de tereré. ¡Que siga la comedia nacional, que aquí, entre gritos y goles en contra, siempre encontramos motivos para sentir la vergüenza política de nuestros legisladores!” Paraguay como te quiero Paraguay, yo voy a gritar “Vencer o morir” Paraguay tu papá.