La Cámara de Representantes aprobó por amplia mayoría los proyectos de asistencia financiera para los aliados de Estados Unidos. 

Tras meses de disputa, negociaciones y puja entre los dos candidatos presidenciales, Joe Biden y Donald Trump, la Cámara de Representantes de los Estados Unidos aprobó un paquete de ayudas de 95.000 millones de dólares para asistir a Ucrania, Israel y la región del Indo-Pacífico.

En DEF te contamos cómo se distribuirá la asistencia a los aliados de Estados Unidos y por qué fue motivo de confrontaciones entre Trump y el presidente Biden.

Biden consigue dinero para los aliados

En un 20 de abril clave para el futuro de Ucrania, el principal necesitado de la asistencia financiera, la Cámara de Representantes de los Estados Unidos aprobó por amplia mayoría el paquete de ayudas que también contempla a Israel y Taiwán. La aprobación llegó en una inusual sesión de sábado y tras largos meses de negociaciones entre republicanos y demócratas, los dos partidos mayoritarios.

El tratamiento de este paquete de ayudas había estado frenado por la reticencia del presidente de la Cámara Baja, el republicano Mike Johnson y el ala más conservadora del cuerpo legislativo, cercana a Donald Trump. Contra todo pronóstico, el ataque de Irán a Israel forzó a Johnson a cambiar la agenda y someter los cuatro proyectos a votación, lo que le valió el pedido de renuncia por parte de los aliados de Trump.

El arco legislativo respaldó con 311 votos los pedidos del presidente ucraniano Volodimir Zelenski, que se encuentra en una situación límite por la creciente amenaza rusa en su país. Estados Unidos enviará 61.000 millones de dólares que nutrirán las arcas de Ucrania y respaldarán el histórico aumento del presupuesto militar acordado para 2024.

La votación también tuvo lugar para Israel y Taiwán, los dos territorios vistos por los estadounidenses como los focos de disputa del presente y el futuro. A pesar de las diferencias que recaen sobre la ofensiva en Franja de Gaza y en la forma en la que se produjo la respuesta al ataque iraní, 366 legisladores votaron a favor de asistir a los israelíes.

El gobierno de Benjamin Netanyahu recibirá en total 26.400 millones en fondos para el Iron Dome, Iron Beam y David’s Sling, y la adquisición de nuevo armamento para la defensa. De ese dinero, Israel deberá emplear 9.200 millones para brindar asistencia humanitaria en Gaza, una de las principales preocupaciones de Estados Unidos en Medio Oriente.

En el caso de Asia, en plena alarma por las ambiciones de reunificación de la China de Xi Jinping, la Cámara de Representantes mostró la mayor determinación de la jornada. Con 385 votos, se aprobó el envío 8.1000 millones de dólares en fondos de seguridad para el Indo-Pacífico, que incluye 2.000 millones para Taiwán y otros países aliados en la región.

Victoria de Biden, derrota de Trump

La carrera presidencial a la Casa Blanca sobrevoló los arduos meses de negociaciones legislativas para aprobar las ayudas a los aliados estratégicos. Desde su regreso al foco principal de la política estadounidense, Donald Trump se mostró sumamente crítico a la postura de la administración Biden en la asistencia a Ucrania y llamó a votar en contra del proyecto.

Los dichos de Trump no se limitaron a la política interna, sino que también apuntaron contra el liderazgo ucraniano. El magnate neoyorquino catalogó al presidente Zelenski como “el mejor vendedor de la historia“, en clara referencia a sus giras internacionales en busca de aliados, y alertó que Estados Unidos podría “perder cientos de miles de millones de dólares” si Ucrania llegara a un acuerdo con Rusia.

Para el exmandatario la salida de la guerra en Europa es mediante una negociación y Zelenski ya advirtió que la retórica de Trump es “muy peligrosa” y teme que con esta idea “Ucrania tenga que hacer grandes concesiones ante Rusia”.

En total disconformidad con la desproporción en la asistencia al resto de países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) llegó a sugerir que dejaría a Rusia “hacer lo que quiera con los miembros de la OTAN” si alguno de ellos no cumple con sus obligaciones en el gasto de defensa.

El contrapunto del conflicto ruso-ucraniano lo impone Joe Biden, quien impulsó grandes sanciones y 75.000 millones de dólares en paquetes de ayuda desde el comienzo de la invasión en 2022. Para este no hay otro camino que no sea el del enfrentamiento a Rusia, por intermedio de Ucrania y el accionar periférico, pero conjunto con los aliados de la OTAN.

El presidente estadounidense fue claro en su discurso en el Congreso de la Unión, el pasado 7 de marzo. “Ucrania puede frenar a Putin si la apoyamos y le proporcionamos las armas que necesita para defenderse. Eso es todo lo que pide Ucrania. No están pidiendo soldados estadounidenses”.

La aprobación de los cuatro proyectos de ayuda representa una victoria para Biden en uno de los tantos puntos en la competencia con Donald Trump por la Casa Blanca y en un éxito rotundo en la disputa geopolítica con Rusia.