Esta figura democrática no es más que una amenaza, porque representa  perjuicios para el país.

Aunque la muerte cruzada es una figura democrática constitucional que generaría escenarios negativos para el país, puede jugar a favor de Guillermo Lasso.

Esta herramienta jurídica, que entró al escenario durante una entrevista del presidente, Guillermo Lasso, no solo es una amenaza que pone en ‘jacke0 a los asambleístas, sino también sería la última carta en juego que beneficiaría a varios actores políticos.

De manera conceptual, un aspecto positivo de aplicar esta figura, es que permitiría desbloquear la pugna política que existe entre el Ejecutivo y el Legislativo. Sin embargo, para el abogado constitucionalista, André Benavides, la muerte cruzada no es necesaria ni conlleva beneficios debido a la inestabilidad política institucional que atraviesa el país.

Existen 3 actores sobre el tablero: el país y los ciudadanos, el Presidente la República y los actores políticos. Para los dos últimos, la figura de la muerte cruzada puede significar varios beneficios. Sin embargo, el país y los ciudadanos, pierden.

En primer lugar, Guillermo Lasso, al gobernar mediante “decretos-leyes de urgencia económica”, tiene la posibilidad no solo de disminuir el nivel de oposición a sus políticas de gobierno, sino también de “apuntalar su gestión a través de conversaciones con actores de su misma postura que, incluso, puedan financiar varias de sus políticas públicas” y así mostrar resultados favorables para el país, destaca el politólogo Édgar Zamora.

Los actores políticos, por otra parte, buscarían hacer campaña para reelegirse o, en algunos casos, ganar.

No obstante, Benavides explica que “la muerte cruzada no deja de ser una amenaza” porque significaría elecciones anticipadas y con esto la utilización de recursos económicos con alrededor de USD 60 a 80 millones de dólares, “recursos que podrían servir para enfrentar temas de inseguridad, crisis penitenciaria, créditos productivos, entre otros temas”.