Gracias a la cooperación internacional y el trabajo conjunto con la Policía Federal Argentina, se logró recapturar a Luis Héctor Morínigo Cantero, de 52 años, quien se encontraba prófugo de la justicia paraguaya.
Morínigo Cantero es buscado por su presunta participación en delitos sexuales, incluyendo coacción sexual y violación, así como por un robo agravado, enfrentando una posible condena de hasta 30 años de prisión.
El operativo tuvo lugar en las cercanías de la terminal de Retiro en Argentina, y fue llevado a cabo por la Policía Nacional, como informaron a través de su cuenta oficial de Twitter. Esta exitosa recaptura es un ejemplo de la efectividad de la cooperación internacional y el esfuerzo conjunto de las autoridades para combatir la delincuencia y garantizar la seguridad de la población.
En el año 2010, un recluso fue acusado de cometer una serie de violaciones contra mujeres en la ciudad de Itá, ubicada en el Departamento Central. Sin embargo, este individuo, llamado Luis Héctor Morínigo Cantero, fue liberado antes de cumplir su condena y expulsado del país por ser un ciudadano extranjero.
La liberación irregular de este recluso salió a la luz gracias a la jueza Silvana Luraghi, quien alertó sobre esta situación. Según los registros, Morínigo Cantero debía cumplir condenas por violación en la prisión de Tacumbú hasta el año 2040.
El hombre que había sido sentenciado a 30 años de cárcel en Tacumbú fue liberado en abril de este año. Según los registros de Migraciones, Morínigo Cantero fue expulsado del país el 14 de abril.
El ministro de Justicia, Daniel Benítez, recibió un documento en abril pasado que notificaba la liberación del recluso. El documento, un oficio judicial emitido por el Juzgado de Ejecución Penal, comunicaba que el prisionero había cumplido con las dos condenas anteriores y debía ser expulsado del país.
Benítez explicó que el condenado por violación tenía tres casos, pero solo dos de ellos aparecían en los registros de Tacumbú, Justicia y la Policía Nacional. Después de verificar que no había otras resoluciones pendientes, el recluso fue enviado a Migraciones y posteriormente expulsado del país.
La juíza Silvana Luraghi presentó los oficios relacionados con la tercera condena, los cuales contaban con los sellos de mesa de entrada de la Comandancia de la Policía Nacional y la Penitenciaría de Tacumbú. Según la magistrada, los documentos también fueron enviados por el Tribunal de Sentencia una vez que se emitió la tercera condena, y tanto la Policía, Migraciones como la Penitenciaría Nacional recibieron las notificaciones.
Se confirmó que en Tacumbú no tenían el tercer oficio mencionado. Como resultado, ocho funcionarios del reclusorio fueron separados de sus cargos. El ministro de Justicia descartó la posibilidad de sobornos, ya que el recluso no tenía los recursos económicos para ofrecer dádivas. Además, afirmó que se trató de un error humano involuntario y destacó la necesidad de actualizar el sistema informático del Ministerio de Justicia.
La última audiencia del recluso ante la jueza Silvana Luraghi tuvo lugar el 24 de marzo, relacionada con un tema de redención. El acusado había sido detenido en 2010 por una serie de violaciones en la ciudad de Itá, Departamento Central. Había sido condenado a 30 años de prisión, había cumplido 13 años y le restaban 17 años más.
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