Carmelo Alberto Larré Rivaldi tiene 26 años y padece de discapacidad visual desde su nacimiento. Es compositor y canta en los buses y eventos sociales. Su mayor sueño es llegar a ser un gran músico que represente al Paraguay…
Me llamo Carmelo Alberto Larré Rivaldi, tengo 26 años y padezco de incapacidad visual de nacimiento. Soy oriundo de la ciudad de Paraguarí, luego crecí en una pequeña comunidad alemana que se llama Kressburgo que se encuentra en el Departamento de Itapúa, en el distrito de Carlos Antonio López, ahí comencé la escuela.
En el 2005 me fui a Asunción para estudiar en la escuela Especial de Ciegos y luego culminé nuevamente en un colegio normal. Como toda persona ciega, en la escuela los profesores no tienen mucha capacitación para poder brindar una educación inclusiva. Tuve mis tropiezos, también recibí bullying por parte de mis compañeros y fue una infancia totalmente dura a nivel educativo y emocional, pero cabe destacar que mis profesores hicieron lo que estaba a su alcance para que pudiera aprender.
Mis padres siempre estuvieron apoyándome mucho en lo que es la parte educacional para poder desenvolverme e integrarme en la sociedad.
Me costaba el estudio porque los profesores no sabían cómo explicarme muchas veces, pero destaco que ellos me tuvieron muchísima paciencia. En todo grupo de niños en la escuela siempre existe el grupismo, el bullying, pero también tuve amigos que me defendieron en mi infancia. Pasé también situaciones difíciles, pero también muy lindas y buenas en la escuela.
Mis padres siempre hicieron todo lo que estaba a su alcance para ayudarme a estudiar, yo fui egresado de una escuela pública donde mi mamá también es docente. Ellos incluso me llevaron hasta Cuba para buscar opiniones médicas y tratamientos para mi vista por si había alguna cura o algo que se pudiera hacer para que yo pudiera ver, pero lastimosamente no se pudo.
Vine a la ciudad de Asunción hace ocho años a emprender una nueva carrera, que es la música y dedicarme netamente a ello.
Me gusta la música desde pequeño, mis tíos de parte de mi mamá son músicos, entonces, a través de eso, fui familiarizándome en ese ambiente. Yo ejecuto la guitarra, la batería y el bajo. La guitarra fui aprendiendo con mis tíos y también hice pequeños cursos en mi niñez, con la batería fui autodidacta, así como con el bajo, aprendí escuchando nada más.
viaje musical
Me llamó la atención la música desde los tres años, recuerdo que desde niño participaba en los eventos escolares y hoy en día utilizo la música para llevarle alegría a las personas en los buses. Canto en los buses hace casi cuatro años y cuando me subo a un colectivo, siempre me voy con energía positiva alegrándole un poco el viaje a los pasajeros.
Mis padres siempre me apoyaron a perseguir mis sueños, mi papá siempre me inculcó la música y me compró mi primera guitarra, además de mi primer teclado y la batería, él siempre me apoyó junto con mi madre.
Ahora me dedico netamente a la música, toco en los colectivos y también en eventos donde me contratan. También soy compositor, tengo canciones compuestas, interpreto covers y de todo un poco.
El repertorio de música que interpreto es muy variado porque toco desde música paraguaya, brasileñas, rock argentino, música clásica, estilo urbano, entre otros. Yo asisto a todo tipo de eventos como casamientos, cumpleaños y eventos sociales. Interpreto canciones con mi guitarra y si me solicitan con una orquesta, ya comparto con otros colegas músicos. A parte de la música, también realizo comedia Stand Up desde hace tres meses.
Yo estudié en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción a los 18 años la licenciatura en Ciencias de la Comunicación por tres años y luego dejé mi carrera, para poder perseguir mi sueño de ser un gran músico.
Desafío
Cuando vine a la capital para estudiar en el cursillo de la UNA me quedé a vivir un tiempo con un amigo de la facultad y cuando terminé mi primer año, me independicé y ahí fue todo un desafío porque empecé desde cero, dormía en un colchón en el piso y luego empecé a trabajar en una institución y con el tiempo, me compré para mi cama y así fui escalando de a poco.
El momento más difícil de mi vida fue cuando vine solo a Asunción porque salí de mi casa y vine con un bolsoncito con mis ropas para emprender, fue complicado, pero a la vez una aventura muy emocionante.
Amor sobre ruedas
Yo le conocí a mi pareja en el colectivo en la Línea 21, yo estaba yendo a presentar un proyecto de inclusión que quería implementar en la facultad y en ese viaje nos conocimos y empezamos a charlar en el bus y hubo mucha química, luego intercambiamos números y después de eso empezamos a salir y nos enamoramos, comenzamos a emprender una vida juntos. Por eso para mí un colectivo tiene mucha historia y me trae muchos recuerdos.
Soy padre y esposo. Estoy con mi esposa hace cinco años y tengo cuatro hijos, una hija es biológica y los otros del corazón. El mayor tiene 10, una niña de 8, un niño de 6 y mi pequeña que tiene ahora cuatro años.
Mis hijos me entienden y me ayudan, ellos son superinclusivos y cuando vamos por la calle saben que me debo tomar de sus hombros para caminar y la verdad que es una experiencia única, muy bella porque a pesar de que sea difícil el hecho de que muchas veces te dicen: ¡Papá mirá mi dibujo o mirá este color! Y la frustración de no poder ver eso muchas veces duele, pero después les explico mi condición y ellos entienden. Mi vida cambió siendo padre y yo creo que todos los colegas en el sector de discapacidad visual sienten lo mismo cuando tienen a sus hijos con ellos y se disfruta al máximo.
Mi mayor sueño es ser un músico reconocido y representar al país en varios lugares y además, me enorgullece ser un músico ciego, quiero ser como un José Feliciano paraguayo que representó a su país teniendo discapacidad visual y llegó muy lejos demostrando que no existen limitaciones. Busco apoyo, alguna persona que apueste por mi talento para poder seguir escalando y demostrar a las personas de que cuando uno quiere, puede.
Le digo a los jóvenes que no importa cuál sea la limitación que uno tenga, porque cuando uno se propone y tiene la meta enfocada, se puede llegar mucho más lejos, incluso más de lo que uno quiere.
Quiero ser como un José Feliciano paraguayo que representó a su país, siendo un músico ciego que llegó muy lejos demostrando al mundo que no existen limitaciones.
UH
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