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Tren nocturno sueco con destino a las auroras boreales más impresionantes del planeta

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Los pasajeros que viajan en el tren de 17 horas de Estocolmo a Abisko tienen un objetivo común: ver auroras boreales. La pequeña ciudad, a unos 240 km al norte del Círculo Polar Ártico, es uno de los asentamientos más septentrionales de Suecia y cuenta con algunos de los cielos más despejados de Europa, un billete de oro para los cazadores de auroras. El microclima único del pueblo produce el fenómeno del “agujero azul”, o corrientes en chorro que despejan el cielo y aumentan las posibilidades de avistar auroras.

Me acomodo en el asiento de la ventana y me asomo a la oscuridad. Quienes busquen auroras boreales tienen un incentivo extra para dirigirse a Abisko. En 2024, según los expertos, el sol alcanzará el punto álgido (llamado “máximo solar”) de su ciclo de aproximadamente 11 años, en el que la actividad solar será mayor.

Según el astrónomo John Mason, “en los estallidos más grandiosos, la aurora puede convertirse en todo el cielo, un impresionante caleidoscopio de colores en rápido movimiento”. Esto es lo que hay que saber antes de ir.

Espectáculo de luz de la naturaleza

El tren sale de Estocolmo todos los días a las seis de la tarde y llega con un amanecer rosado sobre llanuras nevadas y abetos en Sápmi, el territorio tradicional del pueblo sami (también conocidos como lapones), que abarca el norte de Noruega, Suecia, Finlandia y la península rusa de Kola.

Un par de operadores turísticos organizan excursiones diurnas desde Abisko, que incluyen pesca en hielo, escalada en hielo, experiencias culturales sami, avistamiento de alces y recorridos fotográficos por los vecinos fiordos noruegos.

Pero las actividades no se detienen al cabo de las horas. Por la noche se puede observar la Vía Láctea y otros fenómenos del cielo oscuro desde la ventana del hotel o dirigirse a zonas remotas del pueblo, como el embarcadero del lago Torneträsk, para realizar una visita guiada. “No tenemos mucha contaminación lumínica”, afirma Niklas Hjort, director del Abisko Mountain Lodge; “basta con abrir la puerta, asomarse y ver la aurora boreal”.

Al salir por la puerta del hotel, allí estaban: cintas iridiscentes de un verde danzante.

Chad Blakley, fundador de Lights Over Lapland, afirma que el fenómeno de los agujeros azules distingue al pueblo de otros destinos de avistamiento de luces. “Abisko tiene uno de los cielos más despejados del planeta”, afirma; “tenemos una dirección dominante del viento que, al chocar con las montañas noruegas, deja un pequeño agujero en las nubes”.

Este pequeño agujero azul, casi permanente, crea un efecto cortavientos: las montañas dispersan la capa de nubes para proporcionar noches despejadas fiables a la ciudad de abajo. Sin cobertura de nubes, se dice que hay un 88% de posibilidades de ver auroras boreales cuando se visita Abisko en un periodo de tres días.

“Es un ejemplo del llamado microclima, un conjunto de condiciones atmosféricas localizadas que difieren de las de los alrededores y crean un patrón meteorológico propio de esa región”, dice Mason. “El Parque Nacional de Abisko, en el norte de Suecia, disfruta de más noches despejadas que la mayoría de los demás lugares del óvalo auroral septentrional”. Los visitantes del parque pueden presenciar el juego de luces sobre el valle de Abisko y el lago Torneträsk desde la gran terraza al aire libre de la Aurora Sky Station (900 metros sobre el nivel del mar).

Aun así, la mejor forma de ver las luces puede ser en el tren de vuelta a Estocolmo. Apenas han pasado 30 minutos cuando suena un anuncio por los altavoces del tren: “Si los pasajeros miran por la ventanilla derecha, verán un maravilloso espectáculo de auroras boreales”. El puñado de turistas del vagón se apresura a pegar la cara a las ventanillas y disfruta durante horas de las recurrentes luces.

Lo que hay que saber

El servicio ferroviario noruego Vy ofrece un tren directo diario de Estocolmo a Abisko, con salida a las 18.00 y llegada a las 11.00. Las opciones de billete sencillo incluyen un asiento individual (desde 90 euros), una cama en una litera para seis personas (desde 130 euros por persona), una cama en una litera para tres personas (desde 160 euros por persona), un compartimento privado en segunda clase para grupos de tres personas (desde 370 euros por persona) o un compartimento privado en primera clase con aseo y ducha (desde 450-550 euros por persona).

Vy ofrece alternativas de viaje en autobús o equivalente en caso de que las condiciones meteorológicas afecten a tu viaje. Te estás aventurando en algunos de los climas más duros, así que prepárate para pequeños retrasos: todo forma parte de la experiencia.

Eibhlis Gale-Coleman es una periodista de viajes independiente del Reino Unido. Síguela en Instagram.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

National Geographic
Fuente de esta noticia: https://www.nationalgeographic.es/viaje-y-aventuras/2024/04/tren-nocturno-ver-auroras-boreales-suecia

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