Las fuerzas armadas de Brasil y Paraguay, con el apoyo de agentes policiales y judiciales, unieron esfuerzos en su lucha contra el crimen organizado, incautando en febrero más de 6 toneladas de marihuana, decomisando armas y destruyendo 33 campamentos del narcotráfico, informaron autoridades de ambos países.

Esta acción se concretó durante la Operación Basalto en Paraguay que se inició el 1.º de febrero, y cuenta con la participación de 1950 efectivos, mientras que la Operación Ágata en Brasil, ha desplegado más de 2000 militares. Ambos ejercicios están programados para durar cuando menos hasta el 3 de mayo. Las operaciones abarcan los departamentos paraguayos de Alto Paraná y Canindeyú; y Paraná, Mato Grosso y Mato Grosso dol Sul, en Brasil.

“Resultan ampliamente oportunos estos operativos, ante las nuevas amenazas trasnacionales como el crimen organizado, que no respetan las fronteras para delinquir”, dijo el 26 de marzo a Diálogo Juan Belikow, especialista en temas de defensa y profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Buenos Aires, en Argentina.

El ministro de Defensa paraguayo Óscar González precisó, durante rueda de prensa, que los militares y policías en la primera fase de Basalto incautaron casi USD 19 millones a organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico, en lo que es una zona caliente entre ambos países, señaló el sitio Zona Militar.

En el balance presentado, se señala la incautación de más de 100 armas de fuego, 103 000 municiones y 28 personas aprehendidas. Los militares patrullaron 1300 kilómetros de línea fronteriza entre Paraguay y Brasil, que fueron rastrilladas en los operativos conjuntos fluviales, aéreos y terrestres, agregó el ministro González.

Para Belikow se deberían incrementar las operaciones combinadas y conjuntas entre las diferentes fuerzas armadas y policiales de la región, para combatir con eficiencia a los grupos criminales. “Debemos formar una fuerza de tarea regional y un centro de recopilación de inteligencia, para analizar las diferentes tendencias del crimen organizado, para combatir las acciones delictivas”.

Por su parte, del lado brasileño se realizan inspecciones de remolques para controlar vehículos que transportan drogas, cigarrillos, contrabando diverso y armas; además de monitorear los ríos, para evitar que sean cruzados por embarcaciones que transportan mercancías ilícitas, destacó el diario brasileño Gazeta do Povo.

“El narcotráfico ha generado las mayores incautaciones de mercancías ilícitas. También hay mucho contrabando de cigarrillos piratas, pero el narcotráfico es el que genera mayores incautaciones”, comentó el General del Ejército Brasileño André Novaes, comandante de las Operaciones Terrestres.

Para posibilitar las operaciones simultáneas, se realizaron en enero reuniones de coordinación entre militares del Ejército de Brasil, involucrados en la operación Ágata, con sus pares paraguayos.

“Es necesario tener las herramientas acordes al desafío que en los últimos años existe en Latinoamérica, respecto a la lucha contra el contrabando de drogas, armas, tráfico de personas y lavado de dinero”, consideró Belikow.

Las dos organizaciones criminales más importantes de Brasil: el Primer Comando de la Capital y el Comando Vermelho, regularmente trabajan con los grupos narcotraficantes paraguayos, consignó un análisis de InSight Crime, organización dedicada al estudio del crimen organizado en Latinoamérica y el Caribe.

Por su parte, el Clan Rotela es una de las principales organizaciones criminales de Paraguay. Estos delincuentes comenzaron como un grupo de microtráfico en los barrios más pobres de las ciudades de Asunción y Concepción, pero ha crecido hasta convertirse en una estructura de alcance nacional, controlando gran parte del narcotráfico dentro y fuera de las cárceles, agregó InSight Crime. 

El 9 de marzo, el viceministro de Seguridad Interna de Paraguay Oscar Pereira y el comandante paraguayo de la Policía Nacional Carlos Benítez, firmaron en Washington un acuerdo de cooperación con el Buró Federal de Investigaciones (FBI) de los Estados Unidos, que incluye la creación de un grupo de inteligencia enfocado en el combate al crimen organizado transnacional, informó el diario paraguayo Última Hora.

“Las fronteras en Latinoamérica son sumamente porosas”, remarcó Belikow. “Brasil limita con 22 ciudades en su extensión fronteriza con Uruguay, Paraguay y Perú, donde las personas cruzan caminando sin problema de un país al otro, lo mismo sucede entre zonas que comparten Argentina, Chile y Bolivia”.

“Es sustancial que operativos como Basalto y Ágata aumenten en Latinoamérica entre los países vecinos, para trabajar en conjunto en una lucha efectiva contra actividades criminales que actúan en las fronteras”, finalizó.