El ministro de Defensa Luis Petri viajó a Bruselas para entregar la carta de intención a la Alianza Atlántica.

Argentina dio un paso más en su realineamiento político y buscará unirse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). El ministro de Defensa Luis Petri viajó a Bruselas y el 18 de abril se reunió con el secretario general adjunto Mircea Geoana para comenzar el proceso de unión como socio global.

En DEF te contamos qué implicaría que Argentina se convierta en socio de la OTAN y por qué no puede hacerlo como miembro en pleno derecho.

Argentina se alinea con Occidente

Durante la gira europea que oficializó la compra de los 24 aviones F-16 Fighting Falcon, el ministro de Defensa Luis Petri mantuvo una importante agenda en Bruselas. Visitó el cuartel general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y se reunió con el secretario general adjunto Mircea Geoana.

Allí hizo entrega de la carta de intención para que Argentina inicie el proceso de incorporación a la organización, en busca de “contribuir a la seguridad global”. “Seguiremos trabajando en recuperar vínculos que permitan modernizar y capacitar a nuestras fuerzas al estándar de la OTAN”, sostuvo Petri tras la reunión.

Además de reforzar el diálogo con la OTAN, también se encontró con Javier Colomina Piriz, secretario general adjunto para Asuntos Públicos y Política de Seguridad. Esta reunión se dio con el objetivo de acercar propuestas de mutuo interés, como ampliar los recursos para el control marítimo y mejorar las capacidades cibernéticas.

La geografía, clave para entender qué tipo de membresía podría tener Argentina en la OTAN

Por su ubicación geográfica en el hemisferio sur y fuera del continente europeo, Argentina no puede tener una membresía plena de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, considerada como la mayor alianza a nivel global. Con la adhesión de Suecia en febrero de este año, la OTAN alcanzó los 32 miembros y su inversión militar representa el 53% del gasto mundial.

Por fuera de los Estados miembros que pertenecen a la organización, están los socios globales. Actualmente son 10 países: Afganistán, Australia, Irak, Japón, Colombia, Corea del Sur, Mongolia, Nueva Zelanda y Pakistán.

Colombia, el primer país hispanoamericano en ser socio global, tuvo que atravesar un proceso de cinco años, que comenzó en 2013 con un acuerdo inicial de cooperación y que concluyó en 2018 con la aceptación del rango de asociado.

¿Qué significa ser socio global de la OTAN?

A diferencia de ser un Estado miembro, un socio global no tiene la responsabilidad de acatar el Artículo 5 de la alianza militar, que establece la defensa conjunta de todos los integrantes si uno resulta atacado. Al mismo tiempo, los miembros de la Alianza Atlántica no están obligados a acudir a la defensa de un socio.

El impacto de un socio global radica principalmente en el necesario alineamiento geopolítico en conflictos mundiales y votaciones en Naciones Unidas, donde las alianzas juegan un papel fundamental en el tratamiento de distintos temas como seguridad, cambio climático y terrorismo.

El aspecto más importante es el privilegio de obtener la cooperación por parte de los países miembros de la alianza y potenciar el desarrollo de instituciones y fuerzas de defensa, acompañadas de formación e investigación de nuevas tecnologías.

Además, pueden contribuir con recursos a mejorar el apoyo a los ejercicios y misiones encabezadas por la OTAN, y formar parte de entrenamientos militares en futuras operaciones, como la Steadfast Defender que se extenderá hasta mayo de 2024.

Steadfast Defender 2024 es la operación más grande en la historia de alianza y tiene como hipótesis de conflicto la necesidad de defender el área europea del Atlántico Norte. Los 32 países miembro contribuirán con equipamiento y 90.000 soldados para 14 entrenamientos a lo largo del tiempo.

Actualmente, Argentina cuenta, desde 1998, con el status de “aliado importante extra-OTAN”, otorgado por el gobierno estadounidense a países que mantienen trabajos conjuntos con las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y que no pertenecen a la Alianza.

Esto le permitió al país poder acceder a financiamiento, equipamiento y capacitación militar durante la administración Clinton y la etapa del embargo de Reino Unido, aunque luego la relación no se profundizó.

Convertirse en socio global de la OTAN implicaría dar un paso hacia adelante en las relaciones internacionales con las potencias occidentales y la posibilidad de iniciar una nueva etapa para la puesta en valor de la defensa nacional argentina.