Con llamados a reforzar las acciones preventivas e incrementos en el número de pacientes que llegan a las unidades de salud; Brasil, Argentina y Uruguay hacen frente este jueves a repuntes considerados históricos de la epidemia de dengue que tiene lugar en medio del verano austral.

En reporte actualizado sobre el avance de la enfermedad, difundido a través de su sitio web, el Ministerio de Salud Pública de Brasil dio a conocer que los casos probables suman 1.978.371, mientras se reportan 656 decesos por dengue y 1.025 muertes están bajo investigación. El coeficiente de incidencia es de 974,3 casos probables por cada 100.000  habitantes.

La ministra de Salud, Nísia Trindade, valoró que tal situación tiene que ver con el cambio climático (en particular con el desarrollo del evento El Niño) y la circulación de más de un serotipo de dengue, entre otros factores.

Las diez regiones administrativas con mayor coeficiente de incidencia del virus son: Distrito Federal (centro), Minas Gerais (sureste), Espíritu Santo (sureste), Paraná (sur), Goiás (centro), Río de Janeiro (sureste), Sao Paulo (sureste), Santa Catarina (sur), Acre (oeste) y Bahía (este).

Enferman más mujeres que hombres (55,5 por ciento de los casos) y personas negras y mestizas hacen casi el 47 por ciento de los contagios.

A inicios de febrero pasado comenzó la vacunación contra el dengue a través del sistema público de salud, con niños y adolescentes como primer sector poblacional en recibirla.

Casos en Argentina crecen 11.3 veces respecto a 2023

De enero a la fecha, Argentina registró 102.898 casos. En esta misma época, en 2023, se detectaron 8.343, por lo que los casos crecieron 11.3 veces, según el Ministerio de Salud. Hasta este miércoles, se habían reportado 69 muertes.

La cartera precisó que hay circulación autóctona del virus en 19 de las 24 provincias. La mayoría de los contagios se reportan en territorios del centro (36.249), seguidos del noreste (30.284) y el norte (11.621). Las provincias del sur tienen otro comportamiento, con poco más de 300 casos.

De acuerdo con reportes de prensa, hay filas en muchos hospitales para acceder a consulta y a los testeos del virus, que están escaseando ante el alza de pacientes, aunque el Ministerio de Salud alega que esta situación se está normalizando.

A juicio de la médica infectóloga Leda Guzzi, la elevada trasmisión de la enfermedad guarda relación con un crecimiento exponencial en los últimos meses, el adelanto temporal del brote (en al menos cuatro semanas a su fecha habitual), la circulación del virus durante el invierno 2023 y la circulación de tres serotipos de dengue, entre otros.

Interrogado días atrás sobre la posibilidad de que se vacune contra la enfermedad para proteger a la población y evitar tensiones al sistema sanitario, el vocero de la Presidencia, Manuel Adorni, dijo a los medios que no se planea incluir el antígeno en el cronograma de vacunación. Añadió que su eficacia no está comprobada.

El Gobierno de Javier Milei tampoco ha convocado al Consejo Federal de Salud (Cofesa) para adoptar acciones coordinadas y hacer frente al brote.

Uruguay confirma 114 casos

En un reporte fechado este miércoles, el Ministerio de Salud uruguayo detalló que se detectaron 114 casos confirmados de la enfermedad (33 autóctonos y 81 importados), de ellos 15 son nuevos.

Se manejan 31 casos probables (casos sospechosos con test de antígeno positivo), que se desglosan en 21 casos con antecedentes de viajes, 7 sin antecedentes y 3 que no refirieron datos. De acuerdo con medios locales, los casos importados provienen de Paraguay, Argentina, Aruba, República Dominicana y Curazao.

Se reporta una persona fallecida, un hombre que residía en el departamento de Salto (norte), caso que se halla bajo investigación epidemiológica. Las regiones más complicadas son Montevideo (sur, 41 casos), Salto (21), Maldonado (sur, 14) y Paysandú (noroeste, 12).

La enfermedad está en su peor momento por el repunte de casos, aseguró la ministra de Salud Pública, Karina Rando, quien alertó que la situación podría empeorar si no se incrementa la percepción de riesgo.