Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Francia, Emmanuel Macron, presentaron el martes (26) en Belém un ambicioso programa destinado a invertir 1.000 millones de euros en proyectos de bioeconomía para la Amazonia brasileña y la región amazónica de la Guayana Francesa.

El propósito es reunir fondos a través de inversiones tanto públicas como privadas en bioeconomía durante los próximos cuatro años. Esta iniciativa se inscribe en el marco del Plan de Acción sobre Bioeconomía y Protección de los Bosques Tropicales, rubricado por ambas naciones.

Durante la reunión con su homólogo francés, Lula instó a otras naciones a contribuir en la preservación del bioma amazónico. “Nos comprometemos a poner fin a la deforestación para el año 2030, para demostrar al mundo nuestra determinación en preservar la Amazonia. Queremos persuadir a las naciones que han deforestado en el pasado a que ayuden a los países que aún conservan sus bosques”.

Macron elogió el compromiso del actual gobierno brasileño con la protección del ecosistema. “Me alegra ver que el presidente Lula está dedicado a la preservación de la Amazonia. El futuro desarrollo de los pueblos indígenas y de la biodiversidad no es solo una cuestión de resistencia, sino una causa que este gobierno federal defiende”. Asimismo, el mandatario francés destacó la significativa inversión de 1.000 millones de euros.

“Nuestra meta es preservar y ampliar nuestros conocimientos, fomentar la cooperación científica, diseñar estrategias de apoyo a los pueblos indígenas y emprender acciones conjuntas de inversión en bioeconomía para impulsar un crecimiento real”, concluyó Macron.

Según un comunicado conjunto divulgado ayer, los cinco puntos del programa que deben ser observados por los socios son los siguientes:

• Diálogo entre las administraciones francesa y brasileña sobre los desafíos de la bioeconomía.
• Asociaciones técnicas y financieras entre los bancos públicos brasileños, incluyendo el Banco de la Amazonia y el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, así como la Agencia Francesa de Desarrollo, con presencia tanto en Brasil como en la Guayana Francesa.
• Designación de coordinadores especiales para impulsar la colaboración entre las empresas francesas y brasileñas más innovadoras en bioeconomía.
• Establecimiento de un nuevo acuerdo científico entre Francia y Brasil, gestionado por el Centro Francés de Investigación Agrícola para el Desarrollo Internacional (CIRAD) y la Empresa Brasileña de Investigación Agrícola (Embrapa). Este acuerdo tiene como objetivo desarrollar nuevos proyectos de investigación en sectores sostenibles, incluyendo la Guayana Francesa.
• Creación de un centro de investigación, inversión e intercambio de tecnología para la bioeconomía, con un enfoque especial en la colaboración entre universidades francesas y brasileñas. Esto fortalecerá el Centro Franco-Brasileño para la Biodiversidad Amazónica.

Esfuerzos adicionales

En la ciudad de Belém, además del plan relacionado con la bioeconomía y la protección de los bosques tropicales, los dos jefes de Estado firmaron otro documento relacionado con el medio ambiente: El Llamamiento Brasil-Francia para la Ambición Climática de París a Belém y más allá.

“Nosotros no queremos convertir la Amazonia en un santuario para la humanidad. Nuestro deseo es compartir con el mundo la exploración y la investigación de nuestra riqueza en biodiversidad”, expresó Lula.

Durante el evento, también se presentó una coalición destinada a combatir el lavado verde en el mercado voluntario de carbono.

Además, los líderes tienen la intención de concluir las negociaciones sobre el Artículo 6 del Acuerdo de París para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) de 2024 en Bakú, Azerbaiyán. El objetivo es establecer un mercado de carbono regulado, eficiente y transparente.

Bioeconomía

La bioeconomía en la Amazonia se considera un motor esencial para el desarrollo sostenible de la región, tanto en términos económicos como sociales. Este modelo aboga por el uso racional de los recursos naturales renovables, la preservación de los bosques y la producción sostenible de bienes, energía y otros recursos.